Diez puntos básicos. Ese es el enfoque que el gobierno argentino quiere darle a su propuesta para lograr un acuerdo con el peronismo, la iglesia y los sindicatos que genere estabilidad económica y gobernabilidad hasta las próximas elecciones, en octubre de este año.
Como puntapié inicial y después de varias filtraciones a la prensa el presidente Mauricio Macri decidió este lunes enviar una carta a la expresidenta Cristina Fernández, el exministro de Economía Roberto Lavagna, el líder del Frente Renovador Sergio Massa, el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, el senador justicialista Miguel Pichetto y el exprecandidato a la Presidencia Daniel Scioli. La misiva también fue hacia los gobernadores, la Iglesia Católica y Evangélica y cámaras empresariales, según informó El Cronista.
Pero apenas conocida esta información en el entorno de la expresidenta se advirtió que no contestaría hasta que la convocatoria se concretara. "No hablamos de cuestiones hipotéticas" señaló uno de sus allegados, según informó La Nación.
Es que el presidente Macri tiene previsto que las reuniones sean bilaterales así que un eventual encuentro mano a mano entre él y Cristina Fernández sería un hecho político significativo.
Pero además, el kirchnerismo desconfía de la propuesta. "Hay que ver la calidad de la convocatoria. No podemos ser convidados de piedra a un acuerdo que hicieron otros", dijo a La Nación el jefe del bloque de diputados del Frente para la Victoria (FPV), Agustín Rossi. Además consideró que de darse ese encuentro, debía ser con agenda abierta y no en base a los 10 puntos ya propuestos por el gobierno de Macri.
En el sector de la expresidenta se considera que el borrador que hizo circular la Casa Rosada es "la hoja de ruta del FMI" y que no busca defender a los argentinos sino "calmar a los mercados", según Rossi.
El anuncio sorprendió. ¿Por qué convocar a Cristina teniendo en cuenta las enormes diferencias que los separan? ¿Hay posibilidades de que lleguen a un acuerdo? Y la respuesta llegó de la boca del ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
"La convocatoria de búsqueda de consensos básicos no tiene que excluir a nadie. Y Cristina representa una parte importante del electorado y debe formar parte de esta mesa donde vamos a tratar ponernos de acuerdo sobre qué cosas no van a formar parte de la discusión electoral, con qué cosas no se joroba", dijo, en entrevista con radio La Red.
Y también explicó que cuando tomó estado público que el gobierno estaba trabajando en el acuerdo con distintos actores existió molestia de quienes no habían sido convocados, como Roberto Lavagna y Sergio Massa. "Esto intentó trabajarse sin que tomara estado público y lamentablemente se filtró. Y aquellos que todavía no habían sido convocados la reacción no fue la mejor", dijo, por lo que auguró que en el diálogo de los próximos días se encuentre "un consenso mayoritario sobre esos temas que todavía no se han podido resolver".
Las palabras de Lavagna habían sido duras. "Desde el gobierno nunca creyeron en el consenso, ahora llegan tarde y mal. Confunden un consenso con un contrato de adhesión. No es un diálogo real, es marketing electoralista", dijo en entrevista con Ámbito Financiero. Lavagna también tenía sus "lineamientos para un gobierno de unidad nacional" y se mostró escéptico ante la convocatoria del presidente.
Pero Macri aparentemente está dispuesto a ceder y negociar para lograr un acuerdo. Según Clarín, el presidente dio la orden a su entorno de aceptar cambios para dar una señal positiva de la intención de conseguir adhesiones.
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