Gabriela Pallares

Gabriela Pallares

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McDonalds Rambla: los edificios como valor activo de las empresas

La rambla montevideana es de esos paisajes que se dan por sentado y no se cultivan lo que deberían
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26 de enero de 2017 a las 05:00

La rambla montevideana es de esos paisajes que se dan por sentado y no se cultivan lo que se deberían con propuestas que optimicen las visuales o el contacto con la misma. No abundan los proyectos que supongan una vivencia gastronómica o social a la vera de la misma con calidad espacial, precios moderados y una propuesta sólida. Tampoco abundan los proyectos que se juegan por conservar edificios de valor histórico o referente de épocas arquitectónicas de nuestra ciudad, y cuando llega alguien con el combo dos en uno es cuestionado sin piedad. Acompañados de la clásica polémica, (porque siempre hay que ponerles el "pero" a los que hacen cosas) se instaló la cadena de comidas McDonalds frente a la playa Ramírez en un edificio de líneas náuticas que por muchos años estuvo oculto tras bambalinas de escenografía de club nocturno.

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A quienes cuestionan que la iniciativa haya sido una cadena de comida rápida mi reflexión es que lo perfecto es enemigo de lo bueno. ¿Es preferible esperar lo improbable, que llegue un salvador del rubro idóneo (¿Cuál sería? ¿Nespresso? ¿Oro del Rhin?) a que lo rescate del olvido una empresa de corte internacional, se lo pueda usar a cualquier hora y que el edificio destaque como ejemplo de conservación edilicia y siente precedentes en la zona? Tal vez y solo tal vez sirva como estímulo o elevación de standards para otros actores gastronómicos y ayude a mejorar el escenario de propuestas en general, y no solo del rubro comida rápida en particular. Porque el valor está en ser el primero y arriesgar, no en ser una posibilidad que nunca se cumple.

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Para conocer detalles de la obra, charlamos con el arquitecto Conrado Pintos (Integrante del estudio Loreto Pintos Santellán) que tiene el doble mérito de, además de ser el autor de esa obra en particular, es quien casi desde el inicio de la actividad de la empresa de los arcos dorados en Uruguay lleva adelante sus proyectos edilicios.

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¿Cómo fue el inicio de la interacción con la IMM?

La intendencia llamó a licitación para esta concesión, (que era paralela pero independiente a Plaza Mateo) donde se presentaron seis propuestas casi todas con usos múltiples. La singularidad de esta instancia fue que punteaban distinto la parte de precio y propuesta.

Hay que reconocer en este caso que la IMM dio prioridad a una propuesta que reforzaba la idea arquitectónica frente a virtudes de propuestas económicas más redituables. En el primer aspecto, de 550 puntos nuestro proyecto sacó 490 puntos y el que le seguía era 400.

¿Tiene algún grado de protección el edificio?

El parque Rodó está protegido en su conjunto con cada uno de sus edificios.

¿ En qué estado encontraron el edificio?

El edificio en sí era una pérdida casi total debido a que funcionaba bajo estructuras provisorias que lo anulaban como valor patrimonial y se usaba exclusivamente como contenedor de la actividad nocturna. Hubo mucho trabajo de desmontaje y reformulación de anteproyecto para adecuarlo a cada sorpresa que nos iba develando el proceso.

¿Qué opina de quienes cuestionan que sea una cadena de comida rápida quien haya ocupado el predio?

Me asombran esos extremismos y que esas mismas voces no se alcen cuando conjuntos de relevancia como el Cine Plaza van a parar a manos de una Iglesia que en este caso lo deja hecho una tapera y lo anula como valor para la ciudad y sus habitantes.

Cuando se cerró la esquina de 18 y Ejido fue una exclamación general, "qué horrible que viene otra cadena de comida rápida" como si la comida nacional del chivito y otras delicias locales fueran un ejemplo de comida saludable y de alta gastronomía.

Volviendo al edificio... ¿cuál fue el punto de partida?

La documentación previa original carecía de detalle alguno, no se podían verificar medidas o niveles. Tuvimos que hacer los proyectos para presentación sin ver el estado real del local que recién se reveló cuando comenzamos el desmontaje general con lo que las maniobras y adaptaciones no fueron pocas. El estado de instalaciones y terminaciones eran bastante críticas y de hecho la clausura del local fue producto de un relevamiento de irregularidades, lo cual lleva a reflexiones serias sobre el estado de varios locales similares.

Entre muchas otras cosas, hubo que corregir o anular sistemas de sanitaria y conexiones a colector non sanctas, carpinterías de hierro originales de fachada que debieron relevarse y duplicarse, hubo que demoler 1.400 m2 que habían sido agregados y nos quedamos con los 1.200 originales, o sea que al edificio se le había agregado más del 100% de su área total casi exclusivamente para servicios y depósitos. Otras propuestas de la licitación los mantenían. Un trabajo de infinidad de factores que debían corregirse, diseñarse y fabricarse para respetar el espíritu trazado por el cliente: respetar a rajatabla la arquitectura original.

¿Es la primera vez que la empresa aborda un proyecto de este calibre en el país sin hacerlo exento o de obra nueva estandarizada no?

Había un antecedente de premio al local de la Plaza Matriz y hubo un caso en Salto que estaba en un edificio caracterizado pero en general sí, es el primer caso de este tipo.

¿Hay algún criterio inmobiliario estricto de la empresa o se instalan donde pauta el mercado o el alcance de público deseado?

No, lo manejan según demanda de mercado o zonas de presencia respaldada por demanda probable.

¿Qué oficinas de la IMM intervienen en el contralor de este tipo de proyectos?

Intervienen el 5° piso, Contralor Edilicio, la Unidad de Patrimonio Edilicio, (y Comisión Nacional de Patrimonio también) y Desarrollo Económico que son los que evalúan las licitaciones y propuestas económicas. A pesar de haber tenido varios interlocutores es de destacar que institucionalmente tenía todo para complicarse pero fluyó sobre ruedas. La presentación fue en noviembre de 2014, la adjudicación fue en febrero de 2015, la entrega del local en octubre del mismo año y la obra comenzó en abril de 2016 entregándose en noviembre.

¿Ustedes se presentaron ya con la propuesta de la constructora o se hizo un llamado interno?

No, McDonalds se presentó con un anteproyecto que terminó resultando bastante acertado dadas las particularidades. Luego el proyecto es licitado a varias empresas constructoras y adjudicado en este caso a Bidunor SA con quien ya habíamos trabajado, conoce lo que nos importa así como el manejo del comitente.

¿Cómo fue el proceso de obra propiamente dicho?

El proyecto cambió 100 veces durante la obra y cada cosa que aparecía había que reevaluarla a ver si no había soluciones mejores. Precisás a alguien que tenga cintura para esos ajustes y el mismo entusiasmo por la obra en general. La obra terminó siendo muy divertida y trabajamos muy bien en conjunto lo cual es muy estimulante, un ambiente excelente con mucha buena disposición. En general era gente con la que ya se había interactuado y entendía el contexto.

Todas las mañanas durante todo el proceso de la obra la pasábamos los tres socios del Estudio revisando los temas e interactuando con la empresa y la constructora. Con una empresa dura e inflexible no se hubiera podido lograr ese resultado o hubiera sido de una dificultad insalvable. De hecho mucho de la espacialidad que se ganó fue gracias a esa flexibilidad de cambios sobre la marcha. El hall central por ejemplo estaba completamente tapado por telas y tejidos que ocultaban estructuras significativas o suponían espacios que no estaban en los planos y haciendo imposibles los relevamientos iniciales.

Tenías la satisfacción de ir viendo la obra cambiando y para bien durante el proceso

¿Cuánta gente tenían destinada a la obra?

Nosotros tres y algunos muchachos de acá del estudio. Hubo momentos en que éramos varios del estudio con varios capataces lo cual suponía también más posibilidades de malentendidos pero no sucedió.

¿Los proveedores son todos locales?

Sí, en todos los casos de subcontratos, no así del equipamiento de cocina que se proyecta y viene todo de afuera.

¿La interacción con la gerencia de McDonalds era con una sola persona o varias también?

Tenemos contacto permanente con el Departamento de Desarrollo, de la oficina local y además recibimos visitas puntuales de Buenos Aires.

¿Cómo es su historia de relacionamiento con la empresa?

Arcos dorados es desde hace un tiempo una empresa que tiene McDonalds en casi toda Latinoamérica.

Nosotros comenzamos a trabajar con la empresa cuando llevaban dos años acá en Uruguay, tenían Montevideo Shopping y Ejido. Nuestros primeros proyectos fueron Plaza Matriz y Punta del Este.

No es menor para una empresa con esos estándares haber preservado su relación durante 25 años. ¿Les daban pautas estéticas de otras referencias o locales en el exterior o los dejaron actuar con licencia creativa?

En este caso el local era difícil y particular por tratarse de un edificio que había que respetar con lo que la mayor restricción la marcó el edificio en sí.

Hay especificaciones funcionales que las marca, el layout de líneas de montaje del rubro que sí hay que respetar. Otras que son estéticas, el uso de ciertos materiales de paquetes de ambientaciones, gráfica o terminaciones.

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Hay dos tipos de criterios que pueden leerse habitualmente en los locales de la empresa que o tienen un sello de locales repetidos, exentos tipo caja y otros mas innovadores, ¿es así?

Hay una diferencia más que nada por el segmento al que están dirigidos, según la localización o volumen esperado de ventas más que nada de tamaño y equipamientos. Luego hay casos particulares, por ejemplo, los que están dentro de centros históricos que están catalogados o protegidos y las circunstancias particulares obligan a poner énfasis o tratarlo como insignia y allí hay corrimientos creativos. A la larga también son tantos los casos particulares salvo en USA donde se repiten más, que siempre hay que estudiarlos uno a uno.

¿Hay un plan para la zona a nivel global o se va tratando particularmente a medida que vencen las adjudicaciones?

Sí hay un plan para el Parque Rodó. Por ejemplo, ahora se está vaciando el lago, hace poco se reformó la Casa de Andalucía, la Fotogalería, Plaza Mateo o el ex Forte di Makale están en vías de reforma, el borde que empieza a renovarse, hay una intención de ir generando una dinámica positiva.

¿Piensa que pueda ser un referente a la hora de que un comerciante elija local o evalúe formas de intervención?

Va siendo hora que se cambie la forma de pensar los edificios patrimoniales como dignos de una peregrinación anual el Día del Patrimonio y pensarlos como un activo: es la forma de que haya chances de conservar el bagaje cultural de una sociedad. Sin uso no es posible. Con edificios vacíos no se educa, difunde, o vive la cultura.

En otros lados el carácter patrimonial juega a favor de un proyecto comercial. Hay muchos ejemplos también que no los resuelven adecuadamente como el caso de La Solana de Bonet que le agrega un volumen de poco valor a un edificio referente de un profesional de referencia y rango internacional.

¿Cómo se combate eso? Muchas cosas que son legales o dentro de normativa no están bien resueltas y es un valor subjetivo.

La mejor herramienta es la apreciación como valor activo. Acá no hay crítica arquitectónica de espesor o autoridad suficiente como para generar conciencia colectiva y eso se paga caro. El edificio donde se forman parte de nuestros educadores, obra de De Los Campos Puente Tournier esta revestidos en consignas bañándolo en un desprecio elocuente: es inadmisible que en el propio local donde se forman los educadores este vandalizado de esa forma... por ellos mismos.

En otro orden... ¿cómo ven el nivel de la propuesta arquitectónica actual nacional? En los años 50 también había especulación inmobiliaria y ahora parece que la excusa económica reina pero la realidad debe ir más allá de eso...

Hace años Oriol Bohigas decía que se esta haciendo la peor arquitectura de todos los tiempos en todo el planeta. La calidad proyectual y la cultura material están en decadencia y también la hay en la exigencia. Hoy en día cualquier edificio se vende en base a dos variables: ubicación y precio. Nada mas. Se venden a precios siderales basuras que lindan la inmoralidad profesional en una época en que la pauta de valoración es el éxito económico . Hay honrosas excepciones de unos pocos estudios que prueban que es posible hacer las cosas bien.

En tiempos de gran difusión global, la información no forma. Tuvimos grandes referentes de arquitectura como Fernández Lapeyrade, Sichero o Pintos Risso e incluso este último a partir de los 70 comienza una recta descendente, y el primero va desde el edificio Lincoln al Danubio lo cual muestra la variación en calidad de un mismo referente.

Hay una tendencia a mantener el margen a costa de la calidad y uno de los factores es la calidad de proyecto.

¿Hay necesariamente una contradicción entre vivienda para gente de bajos recursos, y buena calidad de proyecto?

Hay ejemplos que todos conocemos incluso a nivel internacional que se vale de los sectores bajos, los mete en canales eficientes y perversos para conectarlos con el mundo, encubriendo un operativo de una empresa grande, eso pasa en varios ámbitos en mayor o menor medida.

El movimiento moderno comienza con preceptos muy radicales de calidades de vida que se vuelven casi utópicos en la medida que se transforma en números. Los pobres son estadísticas, no gente. Hubo momentos muy vergonzosos donde incluso ya no se le llama vivienda sino "Soluciones habitacionales" que no son ni soluciones ni habitables. Cuando a la gente y su hábitat se los transforma en números el tema se vuelve números en todos sus ángulos y pierde el campo de la belleza o calidad de vida.

¿Tiene solución a corto plazo o reversión? Es un movimiento pendular como pasar de ciudades para autos a peatonalizables o centros comerciales caja o al aire libre?

Siempre es posible hacer las cosas mejor, claro que los cambios radicales no parecen estar en la primera página de la agenda de nadie hoy en día.

Hemos pasado de vaivenes conceptuales a pensar en función de modas transitorias. Hay cuestiones económicas en cuanto al mantenimiento de mantener ciudades compactas versus la especulación inmobiliaria que centrífuga, porque es más barato vivir más lejos.

Por último... ¿cómo ve la gestión de la SAU en su cometido de afianzar la profesión?

La SAU está embarcada en lograr la colegiación como es habitual en varios lugares. Hay condiciones sociales o culturales que pueden implicar tener que pelear para lograr respeto pero soy de la idea que para que te respeten tenes que ser respetable y hacer las cosas bien. Eso da mucho trabajo, estudiar bastante luego de la obligación formal, tener una autoexigencia fuerte y respeto por los destinatarios de lo que uno hace.

En la medida que se mida con una única vara, la del retorno económico, no nos hará acreedores de respeto. Las cosas hay que apoyarlas, elogiarlas, difundirlas, somos muy mezquinos entre nosotros, se elogia muy poco, hay cosas muy buenas que no tienen trascendencia y otras que sobresalen del radar por otros factores y no lo merecen.

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