María Noel Domínguez

María Noel Domínguez

Editora de El Observador en Uruguay.

Nacional > Entrevista en La casa violeta

Mieres: “El dilema de las elecciones no es entre izquierda o derecha, es entre seguir avanzando o el trancazo”

El ministro de Trabajo dijo que el Partido Independiente se recuperará en la próxima elección luego de la magra votación de 2019
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22 de enero de 2024 a las 05:00

El líder del Partido Independiente y ministro de Trabajo, Pablo Mieres, dijo a El Observador que en las próximas elecciones los uruguayos no tendrán que elegir entre derecha e izquierda sino en seguir avanzando en el sentido que le ha dado el gobierno de Luis Lacalle Pou o apostar al "trancazo" que supondría un triunfo del Frente Amplio.

Después de haber tenido la peor votación de su corta historia, Mieres cree que el PI se recuperará en los próximos comicios. "Estoy convencido que el Partido Independiente de hoy es un partido, paradójicamente, después de haber tenido la peor votación de nuestra historia, mucho más fuerte que antes. Una de las cosas que aprendí en el cargo que me tocó es que la gente valora más los cargos ejecutivos que los cargos legislativos. Es decir, la gente identifica la presidencia, los ministros, los intendentes, como el hacer y el parlamento como el hablar y la gente valora más el hacer que el hablar. Eso va a dar una perspectiva para la elección dentro de un año, que nos va a hacer más fuerte. Estoy convencido de que vamos a crecer", se ilusionó el ministro.

Mieres es Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, además de obtener el grado de Sociología para el Desarrollo del CLAEH. Fue Decano de la Facultad de Ciencias Sociales y estuvo en la dirección de la Licenciatura de esa misma carrera.

En 1979 ingresó a la política en el Partido Demócrata Cristiano. Como representante de la juventud de esa colectividad, fue uno de los políticos más jóvenes en ser parte del estrado del Acto del Obelisco de 1983.

Tras varias idas y vueltas dentro de diferentes sectores, en 2002 fundó el Partido Independiente y ha sido su presidente desde ese entonces.
Pronto para dejar el cargo el Ministerio del Trabajo para entrar en una nueva campaña electoral, Mieres dialogó con El Observador en el marco de los almuerzos de los precandidatos en La Casa Violeta.


A continuación, parte de la charla:

Tu formación académica es parte relevante de tu formación política, ¿cómo fueron tus pasos por los estudios universitarios?

Siempre me gustaron la política y la historia, por lo tanto el sesgo era claramente humanístico. En la época en que terminé el liceo, había pocas opciones de preparatorios y la que estaba más vinculada era derecho y a su vez historia. Entonces empecé Facultad de Derecho y en paralelo, Facultad de Humanidades e Historia. Estábamos en dictadura, los cursos de Humanidades eran muy sesgados y dejé. Hice el primer año de derecho y al año siguiente empecé a estudiar Sociología en la Universidad de la República, también muy sesgado.
Discontinué y el tercer año que fue en 1979 empezó un curso de grado en Sociología para el Desarrollo en el Claeh y ahí me enganché. Con docentes como César Aguiar, Luis Eduardo González, Horacio Martorelli, Alfredo Errandonea, que no tenían lugar en la Universidad porque no estaban permitidos. Estudié Sociología para el desarrollo, que no era un título reconocido formalmente pero lo hice del 79 al 83 e hice una tesis de grado y en paralelo seguí estudiando derecho.
Primero porque esa sí era una carrera formal, reconocida. Me recibí de abogado y después Doctor en Derecho y Ciencias Sociales pero muy tarde, porque en realidad me dediqué a trabajar en Ciencias Sociales.


¿También estabas militando en esa época?
Sí. En paralelo, desde el 79 hacía política. En el 1999 estaba en el Nuevo Espacio con Rafael Michelini y me propone ir de candidato a vice y titular en diputados en Montevideo. Ahí renuncio al decanato, porque había una incompatibilidad, pero nunca tuve por suerte y es un orgullo, ningún cuestionamiento de estudiantes que digan que por mi definición política había alguna afectación o sesgo.

Desde esa época de Rafael Michelini hasta ahora, los grupos que integraste han tenido varios desprendimientos

Entré a la política en la Democracia Cristiana, y estuve en el estrado del Obelisco en representación de la juventud del PDC, tenía 24 años. Lo que pasó es que cuando ocurre la apertura, el PDC emerge dentro del Frente Amplio, aunque había quienes opinaban que era necesario transitar otro camino. Votamos dentro del Frente en el 84 y allí empieza un período que para mí fue muy fermental, porque es toda una reflexión ya en democracia, mirando el mundo, mirando el funcionamiento democrático y comenzamos a marcar diferencias.

Dijimos que la izquierda no es todo lo mismo. Que había una izquierda más ortodoxa, más rígida, más alineada con modelos marxismo - leninismo y hay otra que es una izquierda renovada, distinta, moderna, más socialdemócrata. Eso termina en un quiebre que ocurre a fines del 1988, donde el que lidera la ruptura es Hugo Batalla. Allí, definitivamente, asumí esa impronta, la impronta de centroizquierda, socialdemócrata. Con la democracia como un valor sustancial y el cuestionamiento al modelo marxista leninista. Fue una batalla ideológica muy fuerte que se dio en el seno de la izquierda entre el 86, 87 y el 89. Eso termina con la ruptura y la creación de lo que fue el primer Nuevo Espacio. Que luego se rompe, porque Hugo entre el 1990 y 1994 transita hacia el acuerdo con Sanguinetti o sea una suerte de retorno al Partido Colorado. 

Allí se da una nueva ruptura…

Es que el PDC no compartió ese camino y había dos opciones: una era mantener el Nuevo Espacio, ahora bajo el liderazgo de Rafael Michelini o volver al Frente Amplio. Dentro del PDC hay un debate muy duro, yo soy de los que quería mantener el Nuevo Espacio e irnos con Rafael, perdemos y entonces el PDC se incorpora en aquello que se llamó Encuentro Progresista. Yo no estuve de acuerdo, pero no me fui del PDC. Visto en perspectiva fue un error. 

Después de las elecciones, junto con un grupo de compañeros donde estaban Daniel Radío, con Daniel Pérez, Dardo Rodríguez y varios más decidimos que había que irse con Michelini e ingresamos al Nuevo Espacio segunda versión. Allí estuvimos hasta que Rafael después de la elección del 99, siendo yo diputado, empieza con la idea de ir al Frente y es cuando le dije que por tercera vez no volvía al Frente Amplio y que no lo iba a acompañar. Entonces se divide el Nuevo Espacio: nosotros nos vamos con Iván Posadas, Heber Gatto y otro grupo del PGP (Partido por el Gobierno del Pueblo) y formamos el Partido Independiente (PI).

 

Son varias movidas

En realidad más allá de esas idas y vueltas, las convicciones yo siento que las adopté en la segunda mitad de los 80, o sea a la salida de la dictadura cuando se produce todo el debate de la izquierda y lo que nosotros llamamos "izquierda tradicional o izquierda renovada". De ahí en más, siento que le he sido fiel a esa idea.

El Partido Independiente está en un lugar donde parecería que le cuesta crecer.

Si querés hay un cambio de posicionamiento después de la elección del 2019 cuando acordamos integrar la coalición de gobierno de la que ahora somos parte.

Pero desde el 2002 al 2019, el PI estaba en el medio, pero justamente entre dos bloques muy grandes y hablo más con la camiseta de politólogo, donde el centro de los modelos bipartidarios es un lugar que en realidad sufre un tironeo hacia ambos lados. Entonces las alas hacia el centro de cada bloque captan el voto de centro y el partido que está en el medio, si es chico, no crece, porque está sometido a tendencias centrífugas. Es muy difícil construir un espacio en el medio cuando sos un partido pequeño ya que, en general, el modelo tiende a ser dual.

Desde que nosotros empezamos ese el modelo, nadie tenía claro donde estábamos y en la primera elección sacamos el 1.9%.  La verdad que fue un éxito de sobrevivencia y en la siguiente fuimos creciendo muy lentamente hasta la última donde tuvimos un golpe importante.

Pero ahora somos un partido que ha cambiado el posicionamiento ya que desde el 2020 integramos la coalición. Entonces el Partido Independiente de hoy ha adquirido un aprendizaje que es el  de cogobernar y por lo tanto ser parte de la gestión de gobierno.

 

En ese sentido, no han tenido sus representantes grandes inconvenientes dentro del gobierno

Sí, nos ha ido bien. Tenemos un resultado positivo con lo cual integramos una coalición que aspira a renovar mandato y somos un componente que ha mostrado buen resultado, entonces ahora es distinto.
Si el Partido Independiente no hubiera ido con la coalición, capaz que la historia en las elecciones pasadas era otra, porque los votos fueron pocos pero la diferencia con el FA también. 

Nosotros lo que veíamos era la necesidad de un cambio. Eso lo dijimos en la campaña, pero no estábamos alineados con blancos y colorados. Lo que veíamos es que el Frente venía ya en un proceso de agotamiento, y que había que hacer una serie de cambios, que el Frente no había hecho ni quería hacer, como el tema de la educación por ejemplo, entonces pensamos que había que apostar a un cambio.

 

Parece un partido de cuadros.

Contamos con gente muy valiosa y en general siempre nos hemos destacado por tener un programa de gobierno bien elaborado, con técnicos de buen nivel, un partido que no ha crecido electoralmente, pero que tiene un pienso importante, y eso lo mantenemos.

 

¿Y eso como se capitaliza en las próximas elecciones?

Lo vamos a capitalizar, estoy convencido que el Partido Independiente de hoy es un partido, paradójicamente, después de haber tenido la peor votación de nuestra historia, mucho más fuerte que antes.

De nosotros decían "estos tipos son macanudos pero no van a ganar, no sabemos qué van a hacer en la segunda vuelta" y además lo que ofrecen es crecer un poco su bancada parlamentaria y en realidad una de las cosas que aprendí en el cargo que me tocó es que la gente valora más los cargos ejecutivos que los cargos legislativos.
Es decir, la gente identifica la presidencia, los ministros, los intendentes, como el hacer y el parlamento como el hablar y la gente valora más el hacer que el hablar.

Eso va a dar una perspectiva para la elección dentro de un año, que nos va a hacer más fuerte. Estoy convencido de que vamos a crecer. Tiene que ver con la capacidad que tengamos en la campaña de demostrar lo que hicimos, pero la verdad es que nos tenemos fe.

¿Pero cuál es la diferencia?

El cambio es que hoy somos parte de un bloque, ese bloque pelea la elección, nadie duda qué vamos a hacer en la segunda vuelta y además tenemos una gestión en varios lugares. No solo en el ministerio de Trabajo sino que tenemos varios compañeros que han logrado resultados positivos en sus respectivas gestiones.

Habíamos tenido un período de gobierno del Frente último donde vimos muchos errores y muchas ausencias. El problema de la seguridad, la ausencia de respuesta en educación, algunos temas de gestión, como el caso Ancap.
Todo eso nos fue ratificando que había necesidad de un cambio. Eso no significaba que tuviéramos la convicción de que había que acompañar al que iba a ser el candidato más votado, que era Lacalle Pou. Pero es cierto que el programa de gobierno, tanto del Partido Nacional como del Partido Colorado, era mucho más cercano al nuestro en el 2019 que el que habían presentado en el 2014.

 

Las encuestas indican, por ahora, una paridad, no está claro aun quién va a ganar las elecciones.

Creo que el formato de la política uruguaya a partir del 2019 es un formato en dos bloques y dos bloques que son parecidos en cuanto a cantidad de votos. Eso quedó claro también en el referéndum de la Ley de Urgente Consideración y está claro también en las encuestas. O sea que efectivamente hay un país que está dividido en dos bloques y eso me parece que por ahora va a seguir siendo así. Necesariamente la paridad tiene que ver con el hecho de que ese formato de dos bloques tiende a ser parejo.


¿Qué te parece que tiene que comunicar el Partido Independiente para captar más votos?

Nosotros somos un partido que nos ha tocado gestionar áreas del gobierno que no eran fáciles y las hemos gestionado bien. Por lo tanto tenemos solvencia, tenemos idoneidad para cargos de gobierno. Pedimos la confianza para llevar adelante un proyecto en donde necesariamente hay que seguir avanzando en un conjunto de cambios. Porque la educación inició un proceso de cambios pero no está completo ni mucho menos, quedan pendientes muchas cosas, quedan pendientes cambios en materia de políticas sociales, etc.

El Partido Independiente tiene que ofrecerle a los ciudadanos, y sobre todo a las nuevas generaciones, una autopista de salida y de círculo virtuoso que empieza en la infancia con la reducción de la pobreza por aumento de prestaciones vinculadas a las políticas sociales, continúe con la educación para jóvenes y adolescentes y se complete con una mayor inversión en ciencia y tecnología para que efectivamente las oportunidades de inserción laboral estén en línea con el mundo del Siglo XXI.

 

 

Eso perfectamente podría estar el programa del Frente Amplio.
 

No. La reforma educativa seguro que no. La reducción de la pobreza infantil, seguramente. Lo han dicho ellos, es un tema compartido. El tema después es tomar las decisiones que permitan que se transformen los recursos. En ese sentido, nosotros presentamos en la última Rendición de Cuentas el Fondo Infancia que creo que es la señal clara de que allí hay que canalizar recursos para llegar a las familias que son familias fuertemente feminizadas.

Si no hubiera habido reforma de la Seguridad Social, el gasto en jubilaciones y pensiones iba a expandirse cada vez más, achicando las oportunidades de destinar recursos a la otra punta de la vida que es la infancia. Y esa es una diferencia con el Frente.  Porque el Frente habla de reducir la pobreza infantil pero no habla de reconocer que esta transformación de la Seguridad Social es un requisito para liberar recursos para destinar a la otra punta de la vida.

Porque, al final, la pobreza entre mayores de 65 años es de 2,5% y la pobreza entre los niños es del 18%. Eso hay que cambiarlo. Y para eso el cambio en la Seguridad Social era un requisito; al Frente Amplio lo veo preocupantemente lavándose las manos sobre un plebiscito que la verdad es un escándalo. Lo digo con franqueza, es disparatado. Y, en caso de salir, hipoteca el futuro del país. No el futuro de las jubilaciones solamente, sino el futuro del país, porque implica un incremento del gasto sideral y además implica la confiscación de las cuentas personales de un millón y medio de uruguayos que están bajo su nombre y que son para el momento de retiro y que se las van a quedar y trasladar al Banco de Previsión Social. Ahí tenemos una diferencia brutal.

Además si gana el Frente no hay reforma educativa como no la hubo en los 15 años que gobernó.

 

¿Crees que va a ser una campaña intelectualmente honesta?

Lamentablemente creo que no. Lo que uno va viendo es que además hay un riesgo que mediante la inteligencia artificial se construyan muchas fake news. Y hay que reivindicar la importancia de la verdad, la importancia de no hacer trampa.

¿Cuál es tu balance de la gestión en el Ministerio de Trabajo?

Entiendo que vamos a terminar con más empleo, a pesar de la pandemia, a pesar de la sequía, a pesar de un montón de adversidades. Además, recuperación del salario a niveles mejores que el 2019. Cuando todo el mundo imaginaba que este gobierno iba a afectar los ingresos de la gente y se afectaron en el 20 por la pandemia, con una reforma de la seguridad social histórica y que va a marcar el futuro del país y para bien. Y además con un diálogo social tripartito que nadie puede discutir.
No hay una semana que no haya representantes del PIT-CNT en mi despacho discutiendo temas, conflictos, buscando soluciones.

Decían que íbamos a eliminar los Consejos de Salarios, que no iba a haber negociación salarial y tuvimos tres rondas salariales, todas discurrieron con total normalidad y con resultados positivos.

¿Cuáles son algunas de las principales propuestas del PI para las próximas elecciones?

Vamos a estar del lado de la continuidad de la coalición, eso está claro. Nosotros creemos que hay un conjunto de cosas que hay que seguir haciendo, por eso decía en la Convención del Partido que el dilema de las elecciones que viene no es entre izquierda o derecha, es entre seguir avanzando o el frenazo, el trancazo. Creo que lamentablemente hoy el Frente representa eso. La resultante del Frente Amplio es que no da garantías de para dónde avanza. Y en un tema tan central como la reforma de la Seguridad Social, no se ponen de acuerdo y de hecho decidieron lavarse las manos.

Entre los que apoyan un plebiscito loco y los que no lo apoyan pero no tienen fuerza para decir que no pueden meterse en eso. Entonces ¿qué va a pasar? Lo que dice el presidente del Frente Amplio es "si ganamos vamos a a hacer un gran diálogo sobre la seguridad social". Y fue lo que hicimos estos años, un diálogo de dos años y medio, con participación de todos. Entonces creo que la clave es seguir avanzando en un camino de un país moderno, democrático, institucionalmente fuerte y de equidad. Un país de estado de bienestar. 

El gran desafío que tenemos en el 2024 es mostrar lo que se hizo, creo que mostrando lo que se hizo, la gente va a renovarle la confianza a la coalición.

 

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