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"No quiero ser venezolana": región de Guyana ansiosa ante amenaza de anexión

En el disputado territorio del Essequibo aumenta el temor a una invasión tras el referéndum de Caracas
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14 de diciembre de 2023 a las 11:55

Por Joe Daniels

Dariana Williams, estudiante y dependienta de Bartica, una pequeña ciudad de la ribera occidental del río Essequibo, en Guyana, pocas veces pensó en el hecho de que a los niños venezolanos se les enseñara que su región formaba parte de su país.

Pero si Caracas cumple su reciente amenaza de llevar a la práctica el resultado de un referéndum divisivo, Bartica y la extensión de tierra que constituye el 60 por ciento de Guyana podrían ser anexionadas por su vecino y Williams se convertiría en ciudadana venezolana.

"Tengo miedo, no quiero estar en una guerra y no quiero ser venezolana", dijo Williams, de 22 años. "No puedo creer que esto esté ocurriendo".

El prolongado conflicto fronterizo entre Guyana y Venezuela se convirtió en una crisis internacional cuando este último país celebró un referéndum consultivo el 3 de diciembre. Los votantes aprobaron cinco preguntas — incluyendo si creen que "Guyana Esequiba" debe convertirse en un estado venezolano — con al menos un 95 por ciento de apoyo, aunque la afirmación del gobierno de que votaron más de 10 millones de personas es ampliamente cuestionada.

En la región del Esequibo, rica en minerales, y en toda Guyana, la amenaza de anexión por parte de Venezuela, donde una economía en ruinas y el aumento de la represión política bajo la presidencia del socialista revolucionario Nicolás Maduro han llevado a 7 millones de personas a abandonar el país desde 2015, está despertando tanto el miedo como el sentimiento nacionalista.

Carteles y pegatinas para coches en criollo guyanés dicen "Essequibo ah we own" (Essequibo nos pertenece), mientras las banderas del país se alinean en las calles de toda la pequeña nación sudamericana.

En barcos repletos que suben y bajan por el río, los viajeros intercambian rumores sobre si Caracas invadirá el país y qué podría hacer en respuesta EEUU, el principal socio de Guyana en materia de seguridad. La Fuerza de Defensa de Guyana (GDF, por sus siglas en inglés), con sólo 4,070 efectivos en activo y reservas, palidece en comparación con las fuerzas armadas de Venezuela, que cuentan con 351,000 efectivos.

"Somos un país diminuto", dijo Wousini Khan, que a menudo viaja a una casa familiar río arriba de Bartica para escapar de la capital, Georgetown. "Si Maduro decide que quiere el Esequibo, ¿qué podemos hacer?".

En el Essequibo viven unas 125,000 personas, según el ministerio de Relaciones Exteriores de Guyana, alrededor del 15 por ciento de la población del país, que asciende a 800,000 habitantes. Muchos viven en pequeños asentamientos de unas pocas casas de madera sobre pilotes que bordean la costa, con densos bosques que se extienden más allá. El inglés, el criollo y las lenguas indígenas están muy extendidos, y el español apenas se oye fuera de las comunidades de refugiados venezolanos.

Las selvas, colinas y manglares de la región son ricos en oro, diamantes y bauxita, mientras que inmensos yacimientos de petróleo yacen bajo el fondo del océano frente a sus costas, descubiertos por el grupo petrolero estadounidense ExxonMobil en 2015.

La producción comenzó en 2019, y el crudo del bloque Stabroek — que contiene al menos 11 mil millones de barriles equivalentes de petróleo — está transformando Guyana. Hace unos años era uno de los países más pobres del continente americano. Ahora, el Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que el producto interno bruto (PIB) creció un 63 por ciento el año pasado y se prevé que aumente otro 38 por ciento en 2023.

La riqueza petrolera fue un factor impulsor del referéndum de Maduro, según los analistas, ya que la capacidad de Venezuela para explotar sus propias reservas probadas — las mayores del mundo — se ha visto cada vez más ahogada por la corrupción, la mala gestión y las sanciones encabezadas por EEUU. Días después de la votación, Maduro les ordenó a las compañías estatales que concedieran licencias de exploración y producción en Essequibo, lo que llevó al presidente de Guyana, Irfaan Ali, a calificar a Venezuela de "nación fuera de la ley".

Se espera que los dos líderes se reúnan el jueves en San Vicente y las Granadinas, en un diálogo mediado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y los bloques regionales de la Comunidad del Caribe. La oficina de Ali dijo que asistiría para promover la paz, pero que "la frontera terrestre de Guyana no está en discusión".

La disputa se deriva del arbitraje internacional de 1899 que definió los límites de lo que entonces era la Guayana Británica. En 1962, cuatro años antes de que Guyana se independizara de Gran Bretaña, Venezuela dijo que no consideraba zanjado el asunto. Caracas sostiene que el río Essequibo es su frontera natural, como lo fue bajo el dominio español.

En abril, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictaminó que tiene competencia para resolver el caso, aunque aún faltan años para una decisión definitiva. El plebiscito de Maduro incluyó una pregunta sobre desacatar la autoridad de la CIJ en el tema.

"Venezuela reclama un lugar que nunca ha gobernado", le dijo al Financial Times Carl Greenidge, abogado principal de Guyana en la CIJ y exministro de Relaciones Exteriores. "Venezuela se considera heredera de la monarquía española".

Conforme aumentaba el temor a la primera guerra interestatal en América del Sur desde el conflicto de las Malvinas en 1982, EEUU anunció el pasado jueves vuelos militares conjuntos con la GDF sobre territorio guyanés.

Los analistas consideran que el belicismo de Maduro es un intento de conseguir apoyo antes de las elecciones del segundo semestre de 2024. Aún no ha anunciado su candidatura, pero se espera que se presente a pesar de los bajos índices de aprobación en medio de la crisis humanitaria y económica del país. Hasta finales de noviembre, la inflación se situaba en el 182 por ciento, según el banco central.

Con la intención de lograr elecciones "libres y justas" el próximo año, EEUU relajó en octubre las sanciones impuestas a los sectores del petróleo, el gas y el oro y a los mercados financieros secundarios de Venezuela durante seis meses. Funcionarios de Washington han dicho que las sanciones se restablecerán si no se libera a los presos políticos y se levantan las prohibiciones impuestas a los candidatos de la oposición.

Ingrid Martínez, que huyó de la crisis económica de Venezuela hace nueve años y trabaja en un hotel turístico río arriba de Bartica, dijo que Maduro estaba empeorando la vida de los aproximadamente 29,000 refugiados que ahora enfrentan discriminación y sospechas en Guyana.

"Es obvio que el Essequibo le pertenece a Guyana, ha sido así durante siglos y ningún presidente venezolano ha sido capaz de tomarlo, y mucho menos un hombre que le ha causado tanta miseria a su pueblo", dijo.

Las autoridades guyanesas no minimizan la posibilidad de una incursión venezolana.

"Somos un país pequeño en la cúspide de grandes recompensas financieras, pero si Venezuela intenta anexionarnos, nos haría retroceder 100 años o más", dijo Kenneth Williams, gobernador de la provincia de Cuyuni-Mazaruni, que incluye Bartica. "Es así de terrible. Es una amenaza que representa la destrucción total de Guyana".

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