El tema de la nota de esta semana no puede escapar a lo que estamos viviendo en este tempo de elecciones. El respeto es, sin duda, uno de los principales temas que, unido a nuestro correctísimo proceder, ha servido para calificarnos como “la Suiza de América”.
Al parecer, Suiza es el país donde brilla la democracia, el orden y, por lo tanto, la política de la buena. Desde mi mirada, en las elecciones todos somos orientales respetuosos, siempre dispuestos a ceder en esas pequeñas cosas que no son desdeñosas. Por eso sabemos ceder un turno cuando vamos a votar a una persona mayor y hasta sonreímos cuando nos percatamos que su voto no es igual al nuestro.
La historia nos recuerda hechos de otros tiempos y, para que no nos asombremos, recuerdo la discusión entre unos votantes. Un ciudadano se había presentado a votar junto con un hijo de doce años. El voto es secreto y llevó tiempo convencer que el único votante era el padre. “No, saben, es para que vaya aprendiendo”.
El voto es personal. Hace poco recordamos los días de la Revolución de Mayo de 1810 y la votación efectuada en el Cabildo de Buenos Aires. Las actas de la sesión efectuada se conservan perfectamente. El notario escribió de su puño y letra los pareceres de los vecinos. Cesó el Virrey en el occidente del Plata pero muy pronto llegarían Artigas y la Batalla de La Piedras.
Pero estamos viviendo unos momentos muy especiales de nuestra historia. Con verdadero orgullo he tenido ocasión de leer un comentario de otro país. Se expresa así: “En un clima de tranquilidad y expectativa miles de uruguayos votaron este domingo en elecciones abiertas a los candidatos presidenciales. La votación será el 27 de octubre”, Quizás el muy conocido periódico “The Economist” es quien habla de dos democracias plenas en América Latina. Ellas son Costa Rica y Uruguay.
Un colega argentino me sorprendió en una publicación. Expresó: “la democracia tiene sentido salvo que usted sea un demócrata”. Me parece, y estoy convenido, de que cada uno de los uruguayos somos demócratas.
Alabé en una nota anterior el reciente triunfo de Uruguay ante Chile. Sin embargo, aprendí un poco tardíamente que en el fútbol no hay lógica.
Fútbol y elecciones tienen mucho en el comportamiento, en nuestro comportamiento, aunque aprendí a convivir con personas tranquilas y con otras exaltadas que pasan del silencio a la euforia. Me aplico el buen consejo de don Quijote :”sé breve en tus razonamientos”.
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