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OSE lleva cuatro días excediendo los niveles máximos de sal en el agua aunque MSP no autorizó subas
El caudal de la represa de Paso Severino está tan bajo que la regla que mide su altura ya no tiene utilidad. El agua ya no la alcanza.
El embalse, que es la principal fuente de abastecimiento de agua dulce para la zona metropolitana, tiene menos de 2.800.000 metros cúbicos de reservas y su cota está por debajo de los 25 metros, por lo que si la situación se mantiene tal cual, le queda agua para unos 18 días.
La fecha de caducidad de estas reservas es, actualmente, un motivo de controversia en la interna del gobierno. OSE quiere estirarlas hasta agosto porque los pronósticos dicen que recién en ese mes llegarán lluvias contundentes, pero el MSP no está de acuerdo dado que esa decisión se tomaría a costo de entregar agua con niveles de sal tan altos que podría dejar de ser bebible y perjudicial para la salud.
Escenarios de agua salada
Según supo El Observador a partir de fuentes del gobierno, este martes la gerencia general de OSE elevó al directorio un informe en el que maneja distintos escenarios a partir de las reservas disponibles.
La primera opción es bajar de 150 a 100 mil la cantidad de metros cúbicos que aporta diariamente Paso Severino. Esto permitiría estirar las reservas hasta mediados de julio y provocaría que el MSP tuviera que autorizar que el nuevo máximo de los cloruros pasara a ser de 1.700 miligramos por litro mientras que el de sodio sea de 988 miligramos por litro.
La segunda –y preferida por la gerencia general– es disminuir aún más los aportes de Paso Severino y llevarlos a 50 mil metros cúbicos, con lo que se garantizarían las reservas por dos meses más hasta mediados de agosto. En este caso, el MSP debería autorizar que haya –como máximo– 1.324 miligramos de cloruros y 2.300 miligramos de sodio por cada litro de agua.
La norma original fija en 200 mg/l el máximo de sodio y los cloruros en 250 mg/l. Actualmente, de forma excepcional, el MSP autorizó que los montos estén en 440 mg/ y 720 mg/l respectivamente.
La intención de las autoridades de OSE era proponer el aumento este martes, pero eso no ocurrió debido a que el MSP transmitió que no lo aceptaría. La conversación seguirá este miércoles con el objetivo de encontrar una fórmula que satisfaga a ambos actores estatales.
Por fuera de la norma
La zona metropolitana se abastece a partir de la planta potabilizadora de Aguas Corrientes, que toma el agua de tres fuentes. Este lunes –el último dato disponible– se consumieron 540.825 metros cúbicos. De ellos, la represa de Paso Severino (que tiene agua dulce) aportó 149.446 metros cúbicos, mientras que se utilizaron 190.466 metros cúbicos del trasvase de aguas abajo de Aguas Corrientes (agua salada). El resto fue aportado por el río Santa Lucía (agua dulce).
Que un 35% del agua que se potabiliza provenga de una fuente salada está provocando, por la vía de los hechos, que OSE ya esté subiendo los cloruros y el sodio por encima de lo permitido. De acuerdo con datos oficiales, la empresa lleva cuatro días seguidos (desde el viernes 16 hasta el lunes 20) excediendo los niveles en dos de las tres líneas de bombeo (la cuarta y la sexta). El viernes el promedio de cloruros fue de 813 y 842 mg/l, el sábado 771 y 814 mg/l, el domingo 779 y 842 mg/l y el lunes 721 y 731 mg/l.
¿Por qué ocurre esto? Porque el agua que se toma del trasvase tiene altos niveles de cloruros. A modo de ejemplo, en los últimos días el medidor instalado en la represa precaria de Paso Belastiquí detectó 4.000 miligramos de cloruros por litro, mientras que en el trasvase de Aguas Corrientes la cantidad bajó a 3.000 miligramos de cloruros por litro.
Una fuente de OSE transmitió a El Observador que si se agotan las reservas del embalse esos serán los niveles a los que se tendrá que llegar.
El directorio del organismo tuvo una sesión extraordinaria este martes, y si bien informalmente se manejó que podrían discutir los aumentos, el tema no fue tratado. La reunión estuvo únicamente destinada a aprobar las compras de las tuberías para el trasvase del río San José, una obra que se hará sin licitación y tendrá un costo de US$ 20 millones.
Los directores volverán a encontrarse este miércoles a las 11 de la mañana.
El informante señaló que aún no está definido cuánta agua dulce aportará esta obra, debido a que existen diferencias entre los ingenieros. El problema está en que tiene una importante pendiente que obligará a realizar un “bombeo considerable”. Una de las opciones que se manejó fue utilizar las bombas facilitadas por la Intendencia de Montevideo pero hay dudas acerca de si la potencia será suficiente.
A mitades de mayo, el presidente de OSE, Raúl Montero, dijo en una entrevista con El Observador que no era una “obra fácil” y que “llevaba tiempo” porque estaban “aguas abajo” y por lo tanto debían “levantar el agua”.
Pese a esto, el presidente Luis Lacalle Pou –a partir de información que le dio OSE– señaló en conferencia de prensa que estará pronta en un mes.
Comunicados y diferencias
Tal como lo anunció Lacalle Pou, Presidencia emitió este miércoles el primer informe acerca de la situación hídrica, al tiempo que envió el proyecto de ley para exonerar el IVA al agua embotellada y difundió los decretos de declaración de emergencia hídrica y de pasaje a tasa cero de Imesi.
Fuentes de Presidencia transmitieron que no está previsto que Lacalle Pou vuelva a encabezar una conferencia y que se buscará informar diariamente a través de comunicados con datos “lo más simples posibles” para que sean comprendidos por la gran mayoría de la población.
“Estas recomendaciones son dinámicas y estarán sujetas a la situación detectada. Mantendremos informada a la población en función de los parámetros de referencia y el resultado del análisis de riesgo”, dice el documento que fue difundido sobre la noche y contiene las recomendaciones del MSP, los datos de consumo y la calidad del agua.
Si bien el proyecto será aprobado por unanimidad este miércoles en ambas cámaras, la realización de la sesión provocó diferencias en los diputados de la coalición, ya que Cabildo Abierto no dio los votos para ingresarlo como “grave y urgente”.
La discusión generó malestar en la interna, con críticas cruzadas que se extendieron durante toda la jornada, principalmente tras un mensaje del cabildante Martín Sodano en el que señaló que eran “socios, no esclavos”.
