Pasada la época “desastrosa” de la pandemia, los remates retomaron la habitual dinámica

Con un perfil marcado entorno a los remates judiciales, Molina indicó que el año que acaba de finalizar le resultó “bueno”, gracias tanto a la dinámica del mercado como a la clientela forjada en el ejercicio del oficio. “Tengo varios clientes. Trabajo para el Estado, para los bancos, para particulares. Me generé una cartera linda de clientes y tengo remates asiduamente”, remarcó.

Molina aseguró estar siempre “en la vuelta”, en permanente contacto “con muchos colegas”, lo que le permite palpar el ambiente de “primera mano”.

Con tres décadas de experiencia en el rubro, en 2023 llevó adelante uno de los remates más particulares que le ha tocado: el del 50% de la propiedad del título de Patos Cabreros, la murga más ganadora del Concurso Oficial de Carnaval. El remate judicial terminó bajando el martillo en $ 180 mil. “La verdad que fue uno de los remates raros o sorpresivos que me han tocado”, aseveró Molina.

Camilo dos Santos

Para este año, el desafío estará por el lado del impacto de la campaña electoral. “Creo que va a incidir en el trabajo. Porque la gente está en otra dinámica. Generalmente, lo que el Estado empieza a achicar, en este contexto, son los remates oficiales o judiciales”, señaló. “Pienso que va a haber un leve descenso en 2024 pero venimos a buen ritmo, al igual que otros colegas”, agregó, optimista.

Molina subrayó que retornaron al nivel de actividad anterior a la pandemia y más para martilleros como él que, dedicados a los remates judiciales, no tenía posibilidad de incursionar en las subastas online. Además, esta modalidad está dirigida sobre todo para “bienes muebles” y representan “montos relativamente chicos”.

“No cifran porque las cosas no tienen valor porque se accede a cualquier tipo de producto nuevo más fácil. Cuando arranqué rematé un televisor, era una fortuna, pero hoy en día un televisor que va a remate no vale. El que quiera uno lo compra nuevo con todos los chiches y en cuotas. Hay mucha mercadería así, entonces eso también hace que te baje la parte de los remates de bienes muebles”, argumentó.

Comparó esta situación, a su vez, con las casas de subastas de antigüedades. Los jóvenes “no quieren saber nada” de esos artículos, “les gusta lo moderno, lo nuevo”. “No te van a comprar una araña de bronce o un mueble de roble. Por tanto, también eso se ha visto un poco deprimido. No es fácil vender esos muebles que son lindos, de buena madera, pero no los colocás”.

Molina recordó que, además de haber sido presidente de la Anrtci durante dos períodos, ocupó antes varios cargos como el de secretario o tesorero. Al frente de la Asociación, capeó la pandemia, quizá la época “más difícil” de su historia, una época que para el rubro resultó “desastrosa”.

“La pandemia fue mortal para los socios, para la institución. Tuvimos que cerrar, no podíamos hacer los remates junto a la gente. Debimos mandar a las funcionarias al seguro como dos meses y después tuvimos que enviar a las funcionarias de paro alternativo. Y empezó todo lo de la virtualidad inclusive para el trabajo. Un desafío muy grande que tuvimos que enfrentar en 2020, yo como presidente y los demás directivos que me acompañaron”, detalló.

Desde 2022, Molina preside Asociación Americana de Rematadores, Corredores Inmobiliarios, Tasadores y Balanceadores: llegó ese cargo luego del fallecimiento del entonces presidente de esa institución, el argentino Rafael Corno. Luego, hicieron elecciones en diciembre pasado, y Molina resultó ser electo por dos años, hasta fines de 2025. “Se conformó un lindo equipo y estamos empezando a movernos”, aseveró. El rematador dijo que Uruguay, a nivel regional en relación a calidad de las subastas, se encuentra “muy fuerte”.