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Peñarol: la historia de un campeón
El golpe de la eliminación de la Copa Libertadores pegó muy fuerte en todos: en el plantel, en el cuerpo técnico y hasta en los dirigentes quienes suelen ser más fríos a la hora de demostrar su talante.
Era un nuevo fracaso que se sumaba a siete consecutivos en no poder pasar la fase de grupos. Pero la bronca íntima era más que nada porque se habían conseguido 10 puntos, algo que ningún otro eliminado obtuvo. Además, se entendía que era la llave más complicada. Otra vez se estuvo cerca y otra vez no se llegó a la orilla.
Con ese mazazo se afrontó el clásico histórico, el primero en el Campeón del Siglo con todo lo que ello conlleva. Había que ganar sí o sí. O al menos, no perder. Peñarol jugó muy mal y no supo ganarlo con un hombre de más luego de que Esteban Ostojich le perdonara la roja a Agustín Canobbio quien debió haberse ido expulsado antes de terminar el primer tiempo.
Entonces venía Fénix. El Fénix de Carrasco. El del Tiki-Tiki que además, tiene a uno de los mejores exponentes -si no el mejor- de este Torneo Apertura: Leonardo Fernández, quien ya tiene las valijas prontas para irse a Tigres que viene de perder la Champions League de la Concacaf a manos de Monterrey del uruguayo ex DT aurinegro, Diego Alonso.
Peñarol seguía golpeado anímicamente. El plantel vivió otra semana intensa en la que circuló un audio en contra del capitán Cristian "Cebolla" Rodríguez con la consiguiente retractación del emisor.
Tanto él como Walter Gargano no venían jugando al nivel en el cual estaban acostumbrados y el hincha lo sabe primero que nadie.
Pero este plantel sabe levantarse de los peores momentos. Ya ocurrió el año pasado cuando durante por siete meses no tuvo nada menos que a Gargano por haberse roto los ligamentos cruzados de una de sus rodillas. Esa es la resiliencia manya.
El profesor Alejandro Valenzuela siempre a su estilo, dejaba en Los Aromos mensajitos pegados para los jugadores. Siempre levantando el ánimo, siempre una voz de aliento cuando se necesitaba y cuando no. Es algo que le suma a su trabajo habitual. Para él, sus futbolistas son los "guerreros del fútbol".
Peñarol se levantó en el momento en que debía -una vez más- y consiguió su objetivo ganándole bien a un Fénix devaluado que ha perdido sus últimos tres partidos y que de los últimos 15 puntos ganó solo dos.
Ese poder de levantarse cuando peor se está, de ganar en los momentos justos, de conseguir llegarle a la gente y al hincha, es prioridad de los grandes equipos.
Y si bien este Peñarol dista mucho del que arrasó el año pasado en el Clausura con un nivel superlativo y le birló en el último suspiro la Tabla Anual a Nacional, de todas maneras, ha mostrado cosas interesantes a lo largo de estos 13 partidos.
Para empezar, mantiene en el arco a una de sus enormes figuras como Kevin Dawson. Este sábado en el cual no había hinchas locales y se podía escuchar lo que se hablaba en la cancha con mayor fluidez, se notó su presencia. Cuando Maximiliano Pérez anotó el empate, el arquero miró al banco en donde estaba el técnico Diego López, sus colaboradores y los suplentes y haciendo gestos gritó varias veces: "¡¿De quién es el 8?!". Como no obtuvo respuesta, volvió a insistir: "¡¡¿¿De quién es el 8??!!". Se refería a qué compañero suyo debía seguir a Maximiliano Cantera, quien desbordó con total tranquilidad por el andarivel que cubrían Ignacio Lores y Lucas Hernández, y metió el centro para que Pérez marcara el 1-1. Le anotaron solo ocho goles en 13 encuentros.
¿Cuál fue la incidencia de Diego López en este campeonato, su tercer título desde que llegó hace menos de un año?
Le dio cabida de entrada a Brian Rodríguez y lo bancó. El juvenil se había perdido el Sudamericano sub 20, no había sido tenido en cuenta en los futbolistas que finalmente viajaron a Chile con Fabián Coito, pero él le dio la confianza que el volante riverense necesitaba. Y Brian le pagó con creces. Fue también, al igual que Dawson, una de las grandes figuras de este Peñarol campeón.
Terminó como líder de asistencias con cuatro, y fue uno de los mayores "descubrimientos" de este Apertura. Tanto fue así que el nuevo técnico de la sub 20, Gustavo Ferreyra, lo llevó al Mundial de Polonia.
Pero no todo queda allí. Hay un futbolista por el que se trabajó en silencio y que ha ido creciendo partido a partido en el fondo mirasol. Se trata del argentino Cristian Lema. Arribó a préstamo de Benfica y se transformó en un baluarte del fondo y del equipo, aportando además goles trascendentes como el golazo de tiro libre a Danubio con el que Peñarol venció 1-0 en el Campeón del Siglo.
"Es imposible que pueda seguir. Haremos tratativas con Benfica, pero es casi imposible", contó a Referí un directivo aurinegro. Es que el zaguero firmó por seis meses y con una opción de compra de 3 millones de euros, realmente imposible para cualquier equipo uruguayo.
En estos pocos meses, el plantel vivió más momentos difíciles. Uno de ellos es el que aún sigue viviendo Gabriel "Toro" Fernández luego del accidente que protagonizó y que lamentablemente mantiene a una joven en coma. El fiscal le imputó "lesiones gravísimas" por haber atropellado a esa joven y desde hace días cumple prisión domiciliaria por las noches.
Diego López lo mantuvo en el equipo, le dio minutos, le habló muchísimo para tratar de que pensara en otra cosa, debido a que un tema de estos siempre es muy complicado, tanto para él, como también para la familia de la víctima.
Y si bien el Toro Fernández no es el mismo del año pasado, de alguna manera ha sabido mantener su lugar entre los titulares y ha cumplido en el que sin dudas fue el campeonato más duro. El sábado festejaba como un niño con los demás cuando se les entregaron las medallas y la copa. Era su catarsis.
A otro que le queda poco en Peñarol y tiene destino europeo es a Giovanni González. Estos meses del Apertura le sirvieron para crecer en la cancha por su andarivel, tanto de lateral como de volante. Tanto fue así que el mismísimo Maestro Tabárez se fijó en él y lo llevó por primera vez a la selección nacional. Estos partidos que vienen, tanto por Sudamericana como por el torneo vernáculo, seguramente serán sus últimos con la casaca mirasol.
Uno más que siempre cumple es Lucas Viatri. Todo corazón, toda entrega, el argentino -quien fue sostenido por este consejo directivo durante meses luego del accidente que tuvo en la Navidad de 2017 cuando le explotó un petardo a centímetros de sus ojos- está pagando esa confianza. Sabe de memoria el trato que tuvieron para con él y pone todo en cada jugada. No convertirá los goles que muchos esperan de él, pero siempre está y también colabora con asistencias o bajando al medio para marcar.
Entre los más jóvenes, Diego López también le dio cabida a Enzo Martínez en el fondo y el juvenil le respondió con creces. Ha demostrado que está en perfectas condiciones como para ser titular cuando no están o Lema o Fabricio Formiliano. Esa es otra virtud que ha tenido el DT carbonero.
Sin hacer maravillas, sin mostrar el nivel del año pasado, a este Peñarol le bastó para controlar a sus rivales y para llevarse el Apertura de punta a punta cuando aún restan dos fechas. ¿Que hay cosas para mejorar? Claro. ¿Que a veces no llena el ojo? También. Pero este equipo tiene ese poder que no todos pueden alcanzar: esa fortaleza anímica que lo lleva a transformarse en un conjunto prácticamente invulnerable en lo local.
