Carini en el presente

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Pintó ataúdes, fue el mejor del mundo, dos veces quiso dejar el fútbol y superó durísimos escollos con su esposa; la vida de Fabián Carini

El exarquero celeste tuvo momentos sublimes en clubes de enorme prestigio y una carrera espectacular
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23 de marzo de 2024 a las 05:00

Tenía todo. Había estado en dos Mundiales sub 20 siendo segundo y cuarto y elegido como el Mejor Arquero de la Copa del Mundo de Nigeria, y segundo en la Copa América 1999 con la selección mayor, con apenas 19 años. También tuvo su experiencia en Arsenal de Arsene Wenger y Thierry Henry, Juventus de Paolo Montero, Zidane, Del Piero, O’Neill y Zalayeta. Pero un día, con solo 22 años, quiso dejar el fútbol.

Con 20 años había llegado a Juventus, nada menos, un equipo top en este entonces en el año 2000, mucho más que hoy.

Uno de los equipazos de Juventus de Italia, el de 2001; entre otros, además de Fabián Carini, aparecen Antonio Conte, Paolo Montero, David Trezeguet, Ciro Ferrara, Marcelo Salas, Fabián O'Neill, Alessandro Del Piero, Pavel Nedved, Liliam Thuram y Edgar Davids

“Estuve seis meses con Carlo Ancelotti como técnico. Estaba Paolo (Montero), quien era un referente muy fuerte en el vestuario. Ancelotti estaba muy atento al futbolista que no jugaba. También estaban Fabián O’Neill, Daniel Fonseca y Marcelo Zalayeta. Los uruguayos me hicieron la vida mucho más sencilla”, recuerda Fabián Carini a Referí.

Fábián Carini como arquero de Juventus de Italia

Y agregó: “Ya hacía un año y medio que estaba en Juventus y fui a hablar con Marcello Lippi –quien ya estaba como técnico– para decirle que necesitaba jugar. ‘Quiero que vos y Buffon sean los arqueros durante 10 años. Valoro tus palabras, te voy a dar la libertad, pero para que juegues en el exterior, porque acá te quieren Roma y Lazio y si perdemos el torneo por un punto por una atajada tuya, me tengo que matar y matarte a vos’, me dijo. Pero me lo dijo bien”.

Fabián fue elegido el mejior arquero del Mundial Nigeria 1999

Después del Mundial de Corea y Japón 2002, Arsene Wenger quedó impresionado con su nivel y lo pidió para Arsenal de Inglaterra. El club italiano lo prestó por un año. Sin embargo, hubo un problema que complicó todo.

“Se perdió la partida de nacimiento de mi tatarabuelo que se había ido en 1888 de Génova a Buenos Aires. Se había perdido en un incendio. En Arsenal entraba como comunitario y al no tenerlo, me tuve que ir. Entrené con Vieira, Seaman que era el arquero y se estaba retirando, Pires, Wiltord y Henry. Wenger me dijo que iba a arrancar con Seaman que se retiraba en seis meses, como pasó, y en la pretemporada jugábamos un partido cada uno, hasta que surgió ese tema y me tuve que ir a Standard Lieja”, recuerda.

Uruguay parte hacia un torneo con Víctor Púa como técnico del juvenil; al lado del técnico, aparece Fabián Carini

En esa ciudad de Bélgica pasó buenos momentos, pero también de los otros. “Pude jugar todos los partidos, un torneo muy difícil, un país muy lindo y en cualquier momento te ibas a París, Alemania, Italia, en tren. Hasta el día de hoy me llaman para ver si quiero trabajar”.

Pero los resultados no acompañaban en el primer año y tomó una resolución increíble con solo 22 años: “Quise dejar el fútbol porque el equipo no andaba. No pudimos ganar en toda la primera rueda e íbamos últimos y estábamos en posición de descenso. Por primera vez se me pasó por la cabeza dejar el fútbol. Por suerte, cambió todo en la segunda rueda y al otro año clasificamos a la Pre Champions”.

La infancia, el básquetbol y los ataúdes

Fabián vivió de niño en Malvín Norte y recuerda “el fútbol en la calle. Me crié con toda mi familia y tengo los mejores recuerdos, porque viví toda mi infancia allí. Jugábamos a la paleta en la calle, íbamos a la escuela y después, fútbol hasta que llegaba la noche. Éramos una familia muy humilde, pero con un sacrificio muy grande de mis padres, también con mis hermanos, Damián y Fiorella. Nos inculcaron buenos valores”.

Carini jugó con grandes futbolistas en su carrera

Héctor, su papá, se iba muy temprano en una fábrica de cartones, a las 5 de la mañana y volvía a las 5 de la tarde. Cuenta Fabián: “Yo le llevaba tuppers con comida, porque vivíamos muy cerca”. Elena, su mamá, era limpiadora en un liceo. “Nos criamos con nuestros abuelos, Blanca y Armando, pero fue una etapa muy linda de mi vida. No nos sobraban cosas, pero hacían lo imposible para que fuéramos felices. Ellos vivían adelante y atrás estaba nuestra casa”.

Empezó jugando al baby en Nuevo Amanecer y lo hacía de delantero.

De niño, Fabián Carini defendiendo la camiseta de Nuevo Amanecer en el baby fútbol

Así lo cuenta: “Jugaba de ‘9’ y en el medio. En la escuela 249 jugaba también al básquetbol y al handball. Un día mis padres me llevaron a Nuevo Amanecer con siete años. Empecé como número 9 y se ve que no tenía muy buenas condiciones y por un tema de altura, me pusieron de arquero y sin quererlo, empezó mi etapa en ese puesto. Siempre llegábamos a instancias finales, pero perdíamos contra Flor de Maroñas, en el que jugaban César Pellegrín y Fernando Cañarte, que luego fueron compañeros en Danubio”.

Comenzó a frecuentar el club Malvín, del que se hizo hincha, y a jugar allí al básquetbol.

“Jugué al básquetbol en Malvín, pero más que nada, practiqué con el equipo, ya que no llegué ni a debutar, porque eran amistosos. Jugaba de ayuda base o de alero. Pero no metía una, era medio de madera (se ríe). Un día me coincidieron las prácticas de fútbol y básquetbol y me quedé con el fútbol. También me ayudó para mi puesto de arquero para saltar con una pierna u otra o a hacer el doble ritmo”, dice.

Una copa ganada con la selección uruguaya sub 20; aparece Fabián Carini, Gonzalo Sorondo, Carlos Bueno, el Ruso Diego Pérez y Alejandro Correa Rodíguez, entre otros

Entonces fue citado a la selección juvenil de Uruguay sub 15, con solo 14 años, por parte de Víctor Púa. Dejó de estudiar en el liceo y eso lo llevó a dar una mano en su casa, pues comenzó a trabajar.

Así lo recuerda: “Había una fábrica de ataúdes al lado de mi casa y allí trabajé seis meses, para no estar mucho tiempo en la calle. Sacábamos los ataúdes, había que lijarlos, ponerles la masilla, pintarlos, sacarlos al sol para que se secaran, darles la segunda mano. Con lo que cobraba, ayudaba a la familia. Después, con mis primeros contratos en Danubio, un 90% de mi sueldo lo dejaba en casa y el resto, lo usaba para comer unas pizzas con mis amigos o jugar al pool o al bowling”.

Los inicios de Fabián Carini en el arco de Danubio

¿Cómo fue que llegó a Danubio? “Hubo un cuadrangular que jugaron Nuevo Amanecer, Huracán Villegas, y recuerdo que vino Chacarita de Argentina y Danubio. Empatamos 3-3 y se arrimó el Cholo Trueba para hablar con mis padres para ver si podía ir a entrenar a Danubio. Entrenaban en el (Parque) Forno y estaba muy cerca de casa, entonces empecé a entrenar. Llegué con 10 años y me fui con 21; estuve 11 años. Fue como mi segunda casa, porque tenía mucha gente muy capacitada que hacía mucha docencia con nosotros. Estuvimos 10 fechas ganando todos los partidos en todas las categorías en la época en que se fundó el Complejo Héctor Del Campo. La racha la rompimos nosotros que empatamos con Peñarol”.

También a los 10 años, lo operaron de un sobrehueso en la rodilla derecha. “Me lo lijaron y quedé con una cicatriz de 22 puntos”.

Un equipo juvenil de Uruguay: arriba, Fabián Carini, Adrián Sarkissian, Gonzalo Sorondo, Fernando Machado, Damián Macaluso; abajo, Fernando Albermager, Juajn Pablo Péndola, Martín Ligüera, Fabián Canobbio, Javier Ernesto Chevantón y Alejandro Correa Rodríguez

En diciembre de 1994, tenía 14 años y Víctor Púa formó  una preselección uruguaya juvenil en el Charrúa para un Sudamericano sub 17 que se iba a jugar dos años después, y allí quedó en el grupo.

Enzo Francescoli era su ídolo. Y explica por qué: “No entendía cómo un tipo tan talentoso y tan predispuesto para jugar en la selección, que ganó las Copas América, y siendo un fenómeno en River argentino, era tan resistido”.

En su puesto, dice que admiraba “al Chiquito Mazurkiewicz –que fue el más grande de todos–, y también Fernando Álvez. Tuve la suerte que en 1995, Víctor Púa invitó a Chiquito a practicar y cuando vino (Daniel) Passarella a la selección, tuve el privilegio de estar hasta el Mundial con él. Tengo muy buenos recuerdos”.

El equipo del Mundial de Nigeria 1999: arriba, Carlos Díaz, Gonzalo Sorondo, Fabián Carini, Alejandro Correa Rodríguez, Fernando Carreño y Omar Pouso; abajo, Fernando Albermager, Ernesto Chevantón, Martín Ligüera, Diego Pérez y César Pellegrin.

Estuvo en los Mundiales sub 20 de Malasia en el que Uruguay fue segundo, y de Nigeria, donde se consiguió el cuarto lugar, aunque en el primero fue suplente de Gustavo Munúa.

Cuenta que “fueron dos generaciones espectaculares, independientemente de si se ganó o no. Los recuerdos son muy lindos, con concentraciones en el Charrúa de dos o tres meses. Éramos dos generaciones de amigos. Todos hicieron sus carreras y pudieron disfrutarlas en el fútbol. En Malasia, tuve la posibilidad de jugar ante Marruecos por el grupo, ya que estábamos clasificados, pero Víctor (Púa) me explicó que no me podía poner porque en aquella época, si un jugador jugaba un Mundial, no podía jugar en el otro, por lo que me hubiera perdido Nigeria”.

Fabián Carini saliendo a la cancha con la selección uruguaya la tarde del gran triunfo ante Australia en el Cenentario por el Repechaje que clasificó a la celeste al Mundial Corea y Japón 2002

Carini explica que en Malasia les llegaban “cartas de maestras del interior del país felicitándonos, y para poder hablar con la familia por teléfono, era una odisea. Hablábamos dos o tres minutos con una tarjeta, y nos costaba carísimo”.

Y recuerda lo que fue la llegada en la que 500.000 personas salieron a la calle para recibirlos, solo en Montevideo. “Nos habían dicho que iba a haber gente en la calle, pero nunca imaginamos lo que vivimos. Era un día frío y con lluvia. Cuando llegamos al aeropuerto, fue increíble la cantidad de gente que había. Era impresionante, por todos lados. Era increíble, porque habíamos perdido la final y era una sub 20. La gente salió a agradecer”.

La “suerte” de jugar una Copa América con 19 años

El mismo año del Mundial de Nigeria, disputó, con solo 19 años, la Copa América de 1999 en Paraguay.

Fabián lo explica así: “A veces, hay que tener un poquito de suerte. Me habían elegido el mejor arquero del Mundial de Nigeria, pero llegué a Danubio y (el técnico Jorge) Fossati me había dicho que Ignacio Bordad era el titular. Hubo un Danubio-Defensor y nos ganó Defensor 5-1. Bordad no tuvo nada que ver en los goles. A raíz de eso, me pusieron a mí de titular, y ahí me convocó a la selección Víctor Púa y me llevó a la Copa América”.

Ronaldo no perdonó a Carini y le anotó el primero en la final de la Copa Améica 1999

Cuenta que en esa época, las convocatorias eran muy distintas a hoy. “A mí me llamaban al teléfono de mi casa. Fue como tocar el cielo con las manos, era como estar en Disney World, uno se vuelve un niño. Jugar en Uruguay y en Peñarol, era mi sueño. Fue una experiencia muy linda. Recuerdo cómo nos entrenaba Lorenzo (Carrabs) a mí y a Álvaro Núñez. Eran tremendas las sesiones. El Gatito (Marcelo) Romero y el Tornado Alonso, un día nos dijeron: ‘Si los echan a ustedes atajamos cualquiera de nosotros’. Les dijimos: ‘Bueno, vamos a entrenar’. Precisabas una grúa para levantarlos cuando entrenaban de palo a palo (se ríe)”.

Daniel Passarella entrenaba con la mayoría de futbolistas que militaban entonces en Europa y Púa había hecho una selección con algunos futbolistas “europeos” como Federico Magallanes, Zalayeta y Fernando Picún, entre otros. “No había mucha expectativa en aquella selección. Pero de a poco, fuimos avanzando. Después del grupo, le atajé el último penal a Benítez contra Paraguay y los eliminamos de la copa que organizaban. Luego, le ganamos a Chile que venía muy bien, y atajé otro penal. Cuando quisimos acordar, estábamos en la final contra Brasil que tenía un gran equipo, con Ronaldo, Rivaldo y otros, que fueron campeones y luego, campeones del mundo”.

Carini y Passarella en una tarde brillante del arquero en un 0-0 en La Paz contra Bolivia por las Eliminatorias para el Mundial Corea y Japón 2002

En enero de 2000 estuvo a punto de clasificar con la selección uruguaya a los Juegos Olímpicos de Sídney, pero en la segunda fase del Preolímpico de Brasil, no se consiguieron los buenos resultados del inicio del certamen, y Uruguay no clasificó.

Pero cuando llegó al aeropuerto de Carrasco en la vuelta, sucedió un hecho que fue trascendente en su vida. Recién bajado del avión, cruzó miradas con una chica. No la vio más, hasta que a la semana siguiente, se dio una casualidad tremenda.

Carini en el Mundial de Corea y Japón 2002

Así explica cómo conoció a su futura esposa: “Me invitaron una semana después a un bar de Punta Carretas para una nota y de forma increíble, esa chica del aeropuerto, estaba con una amiga. Pura casualidad. Ella tomaba un jugo de naranja y le pedí al mozo que le llevara otro. Ahí sí me animé a hablarle e intercambiamos teléfonos. Desde esa noche, no nos separamos más con Virginia”.

Carini al lado del Pibe Valderrama, arriba a la derecha, en la despedida de Maradona del fútbol

Su fama ya era tal, que con apenas 21 años le llegó una sorpresa bien inesperada. “Tuve el privilegio de que me invitó Diego Maradona a su despedida. Fue increíble. Estaba mirando un programa deportivo, y Maradona contaba que al otro día iba a ser su despedida del fútbol. Empezó por los arqueros y dijo Oscar Córdoba, René Higuita y Fabián Carini. Y yo quedé medio shockeado, porque primero pensé que se había equivocado y luego jamás me hubiera imaginado”, explica.

El Mundial 2002 y la charla con Del Piero por O’Neill

Luego vendría el Mundial de Corea y Japón 2002, y aquel cabezazo del Chengue Morales en la hora ante Senegal, que se fue afuera.

“Llegar a un Mundial, es el sueño de cualquier chiquilín. Me había tocado en dos Mundiales juveniles y en Corea-Japón me llegó con 22 años. Después de una Eliminatoria muy sufrida, de un Repechaje, de dos Mundiales sin ir, cuando quise acordar, se me terminó el Mundial sin pena ni gloria”, indica.

La selección uruguaya que jugó el partido ante Francia ejn el Mundial 2002 de Corea y Japón, con Fabián Carini en el equipo

Y agrega: “No empezamos bien con Dinamarca y tuvimos que empezar a correrlos de atrás. Le empatamos a Francia que era el vigente campeón del mundo. Con Senegal, se dio un partido raro, perdíamos 3-0 con un penal que me cobraron que no fue, al término del primer tiempo. Se hicieron algunos cambios y nos pusimos a tiro. Tuvimos nuestras posibilidades, pero cuando quisimos acordar, nos estábamos volviendo del Mundial. Recuerdo el cabezazo del Chengue. La jugada empezó con un tiro de (Gustavo) Varela, la sacaron y cuando la pelota bajó, vi que cabeceó y se fue afuera. Ese gol que no fue, capaz que nos hubiera podido cambiar la carrera a todos”.

Fabián Carini defendiendo a Internazionale de Milán de Italia

Fabián O’Neill se lesionó en uno de los partidos previos a esa Copa del Mundo y no pudo jugar ni un minuto. Carini recuerda una charla que tuvo con Alessandro Del Piero en Juventus.

Fabián Carini con Francesco Toldo y Orlandini, los arqueros de Internazionale de Milán

“Ya en los entrenamientos, Fabián era de los mejores. Yo me cambiaba cerca de Del Piero y siempre me decía: ‘Acá nos piden autógrafos a mí y a Zidane, pero el mejor es aquel que está allá’, y aquel era O’Neill. Vino Lippi y lo hizo jugar de 5 con (Edgar) Davids y Del Piero. Se desgarró el gemelo de entrada y le costó volver, y Lippi le tenía mucha confianza y lo puso de nuevo, pero volvió a lesionarse y no se recuperó bien”, recuerda.

Javier Zanetti, un histórico de Internazionale de Milán, en un partido junto a Fabián Carini

Después de Standard Lieja y aquel episodio en el que había querido dejar el fútbol, pasó a otro grande de Italia: Internazionale de Milán.

Fabián Carini en uno de los equipos de Internazionale de Milán de Italia que defendió; entre otros aparecen arriba el Chino Álvaro Recoba y el argentino Julio Cruz, en tanto abajo, se puede ver a Marco Materazzi como capitán y a Edgar Davids

“Volví a Italia con 24 años y a un club muy importante con Roberto Mancini como técnico y muchísimos sudamericanos, éramos cerca de 20. El Chino Recoba era muy querido y (Massimo) Moratti, el presidente, lo quería como un hijo. Estaban Figo, Ibrahimovic, Adriano, un plantel espectacular que pocos años después ganó la Champions con (José) Mourinho ante Real Madrid. Ibrahimovic, tenía un físico privilegiado, era gran futbolista y jugaba al Play Station por internet con el Chino Recoba”, dice.

Fabián Carini junto al colombiano Iván Ramiro Córdoba cuando ganaron la Coppa Italia con Internazionale de Milán en 2004-05

El adiós al Mundial de Alemania 2006 y la salud de su esposa

La eliminación del Mundial de Alemania 2006 con aquel repechaje que se perdió en definición por penales con Australia, fue un mazazo para todos los uruguayos, pero mucho más para Fabián.

Fabián Carini como arquero de la selección uruguaya mayor

“Me pegó fuerte porque tenía la ilusión de poder jugar otro Mundial y perdimos por penales con Australia. Había tenido que esperar tres años para volver a la selección, y cuando Fossati se hizo cargo, me llamó. Fue un golpe muy duro porque no lo veía venir. Las cosas no habían empezado bien y fue el golpe más duro que sufrí como futbolista. Tuve algunos meses medios complicados, no lo pasaba bien, porque sabía que les había fallado a los amigos, a la maestra, al carpintero, al pueblo uruguayo. No digo que tenía depresión, pero sí estuve cabizbajo, sin ganas”, explica.

Años después, pudo cumplir otro sueño que fue jugar en Peñarol.

Un día muy especial para Carini: el día que firmó con Peñarol

“Llegué en 2011 y era cumplir uno de los sueños que había tenido de chico, que era el club del que era hincha. Fueron dos años maravillosos, de las cosas más lindas que me tocó vivir”, dice.

Con el tiempo, Fabián vivió momentos muy complicados en su vida personal. Su esposa Virginia tuvo cáncer en dos oportunidades y pudo superarlo. Además, a eso le sumó un aneurisma cerebral cuando esperaba a su primer hijo.

Fabián Carini con Peñarol en la Copa Libertadores de 2012

“Tuvo cáncer de tiroides y de un seno y por suerte, pudo superarlos. Además, cuando estaba de 20 semanas de embarazo de Alessandro, mi primer hijo, tuvo un aneurisma cerebral y estuvo 21 días en el CTI y una semana en intermedio. Pero cuando el amor es más fuerte, todo se puede superar. Es una guerrera y soy un privilegiado de poder tener a Virginia y de haber formado esta familia. A veces, cuando uno es joven, no se da cuenta, se hace problemas por tantas pavadas y la vida va por otro lado, porque hoy estamos y otro día no. Cuando querés acordar te llamaron y te tenés que ir”.

Fabián Carini con su esposa Virginia y sus hijos, Alessandro y Luca, en plenas vacaciones en el este

¿Cómo sucedió todo? Así lo explica: “Estábamos en Punta del Este, se sintió mal y vino la emergencia. Le dijo que podía ser un pico de presión, ya que estaba embarazada. Pero al rato, después que se fue el médico, ella me dijo: ‘Fabián, ¿alguna vez me oíste quejar de algo? Tengo un dolor de cabeza tremendo. Llevame al sanatorio por favor’. Empezó a hacer convulsiones y no se acuerda de más nada. Con las horas, la trajimos al (Hospital) Británico y ahí escuché por primera vez ‘aneurisma cerebral’. Me dijeron CTI y pensé que podía quedarse tres días, pero quedó 21. Un enfermero me dijo: ‘No me quiero meter, pero tratá de organizarte porque esta es una carrera larga, Virginia va a estar un tiempo’”.

Carini cumplió los sueños de jugar en la selección uruguaya y en Peñarol

Fabián recuerda que si bien no es de ir a la iglesia, “pero algo hay”. Tomó “la comunión de chico” y dice que aquellas tres semanas de su esposa en el CTI “todas la noches le rezaba al barba (a Dios): ‘Acompañame en esta, no me sueltes la mano’, le decía”.

“Nunca tuve ninguna duda que Virginia y Alessandro iban a salir”, agrega.

Carini cuando llegó a Deportivo Quito de Ecuador

Además, justamente la llegada de Alessandro les había costado mucho. “Estuvimos 10 años intentando quedar embarazados, hicimos muchos tratamientos, pero no se daba. Hasta que cuando estuve en Deportivo Quito, fui a ver a un médico, le hicieron una pequeña operación a Virginia y él dijo que en dos o tres meses iba a quedar embarazada. Pero no quedaba. Nos vinimos a Uruguay y pudo quedar. Hoy Alessandro tiene nueve años y su hermano Luca, tiene siete”.

Fabián Carini con sus dos hijos, Alessandro y Luca

El adiós al fútbol dentro de una cancha

Se quiso despedir en una cancha a pedido de su esposa, y defendió a Juventud de Las Piedras

Cuando volvieron de Ecuador, “pasó todo lo de Virginia y me retiré del fútbol, porque quería cuidar a la familia. Hasta que ella se empezó a recuperar de a poquito, con fisioterapia, empezar a leer y a escribir de nuevo y si la ves, está normal, sin secuelas. Recibí un mensaje de Eduardo Pereira, quien era gerente deportivo de Juventud de Las Piedras, y me llamó Jorge Giordano, el técnico, como invitándome a entrenar. Les dije: ‘Quiero que tengan claro que mi cabeza no está en Juventud’, por la situación de Virginia. Y sin saberlo, me estiraron la carrera dos años y medio. Virginia me dijo: ’Fabián, vos merecés retirarte en una cancha’ y ahí me largué. Los primeros seis meses no fueron fáciles porque estaba, pero no estaba”.

Fabián Carini en la actualidad, trabajando con los niños en AUF Impulsa

En la actualidad, Fabián se desempeña en el proyecto AUF Academy con niños entre seis y 12 años. Entrenan los martes en el Charrúa y también los domingos de mañana “y una vez al mes, los niños pueden ir al Complejo Celeste o al Estadio Centenario. Yo estoy con Damián Pedrozo en el sector de los goleros, tratando de transmitir nuestros valores”.

Carini sigue ligado al fútbol en la actualidad

Fabián jugó con todos los grandes del fútbol de su época. No solo en el fútbol uruguayo, sino también y sobre todo, en el internacional. Se codeó con la flor y nata del fútbol y supo superar escollos muy difíciles junto a su esposa. Hoy disfruta de la vida.

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