Economía y Empresas > EMPLEO

Por qué sus vacaciones harán más feliz al jefe

El tiempo libre y la capacidad para disfrutar del ocio se han convertido en una habilidad clave para conseguir el afecto de su superior y progresar
Tiempo de lectura: -'
12 de junio de 2019 a las 11:51

Antes que nada, cuente los días libres que tiene acumulados, y luego valore la posibilidad de añadirlos a sus próximas vacaciones. Si le da vergüenza desaparecer de la oficina durante demasiados días y es de los que piensa que su jefe le agradecerá que no se tome tanto tiempo libre y permanezca en su puesto, sepa que comete un error, y que eso va contra su propia carrera profesional y contra sus posibilidades de ascender. 

El tiempo libre y la capacidad para disfrutar del ocio se ha convertido en una habilidad clave para prosperar en una organización y conseguir el afecto de quien manda. Pero además (y quizá más importante) es una habilidad que puede convertirlo en un profesional imbatible cuando se trata de acceder a las nuevas profesiones con más éxito, sobre todo a aquellas en las que hay que demostrar un valor añadido para competir con inteligencia social con las máquinas en un nuevo entorno de trabajo.

En países como Estados Unidos, donde todo se mide, se estudia y se clasifica, han calculado que allí los empleados dejaron de utilizar 206 millones de días de vacaciones el año pasado. Esta aparente renuncia al tiempo libre tenía cierto sentido en culturas corporativas que permitían llegar a pensar que, cuantos menos días se falten, más probabilidades habrá de impresionar al jefe.

Ascender utilizando el tiempo libre

Un estudio de Project: Time Off contradice esta creencia y sostiene que los empleados que no solo usan los días de vacaciones que les corresponden sino alguno más tienen más probabilidades de obtener una promoción o un aumento, en comparación con aquellos que prefieren atesorarlos sin disfrutarlos.

La teoría de Project: Time Off tiene su reflejo real en la práctica que proponen gurús emprendedores como Richard Branson, defensor de la autogestión del tiempo libre y partidario de otorgar toda la confianza a sus empleados responsables y que éstos se tomen todo el tiempo de vacaciones que crean oportuno.

También General Electric decidió ofrecer vacaciones ilimitadas a más del 40% de su plantilla en Estados Unidos -siempre que cumplan con su trabajo y obtengan la aprobación de su jefe- concediendo a los empleados la posibilidad de elegir cuándo y dónde van a desarrollar sus actividades, o cuestionando la necesidad de acudir a la oficina.

Otras compañías, como el fabricante de automóviles alemán Daimler, establecen sistemas para garantizar la tranquilidad de sus empleados cuando están de vacaciones. El programa Mail on Holiday asegura que no puedan recibir correos durante su tiempo libre, o que estos se redirijan a quienes no están de vacaciones para solucionar los asuntos pendientes. Es un ejemplo de cómo la organización hace mucho más que aceptar que su gente disponga de tiempo libre.

Juan San Andrés, consultor de dirección en organización y RRHH, explica que "ciertas empresas, más bien pocas, parecen haber invertido algunos valores que hace 20 años llevaban a elevar la consideración del profesional. Parece que se ve con buenos ojos que se pida y se disfrute de más vacaciones que las establecidas, y no tomarse las previstas está mal visto. Es lógico pensar que si alguien logra sus metas en menos tiempo que lo que dura la jornada laboral puede disfrutar de más tiempo libre. Sin embargo, también podría pensarse que ese puesto estaba mal dimensionado y que quizá esa ocupación solo daba para media jornada. Por otra parte, no son tantos los puestos en los que conseguir las metas establecidas se traduzca en haber terminado la tarea y que no haya nada más que hacer. En una era de puestos intensivos en conocimiento, muchos trabajos son infinitos. En el caso de una cadena de montaje, cuando uno acaba su lote puede irse a casa o hacer horas extra, y cobrarlas. En puestos profesionales, cuando se termina algo o se logra un objetivo, siempre quedan más tareas esperando".

Un valor seguro para nuevas profesiones

San Andrés añade que "la práctica minoritaria de premiar por pedir más vacaciones tiene más de esnobismo que de tendencia a imitar. Lograr un buen equilibrio entre horas trabajadas y horas de ocio es saludable y estimulante. Presuponer que el gran motivador es poder acabar cuanto antes para irse a casa lo antes posible supone que el trabajo es un castigo, y eso, para muchos profesionales, no es cierto. Desgraciadamente no todos los trabajadores pueden amar lo que hacen, pero hay mucha gente que sí lo hace".

En todo caso, parece evidente que esta gestión del tiempo libre influye cada vez más en la carrera y en las posibilidades de promoción, pero un estudio de la Kellogg School of Management en la Northwestern University de Illinois relaciona la "capacidad para el ocio" con la adaptación a los nuevos perfiles profesionales.

Incluso los científicos discuten que los rápidos avances en inteligencia artificial y robótica puedan llegar a sustituir completamente el trabajo humano. Aunque algunas cifras sugieren que en los próximos 10 o 20 años la mitad de todos los empleos en los países industrializados occidentales estarán en riesgo de automatización, hay quien piensa que se sobreestima la proporción de trabajos que se pueden automatizar, teniendo en cuenta que las tareas en las nuevas ocupaciones es muy heterogénea y también que el ser humano puede adaptarse a la transformación digital.

Desde la Kellogg School of Management identifican dos capacidades profesionales como imprescindibles para adaptarse a los nuevos perfiles de la era de la automatización: una es la sociabilidad -implica comprender las emociones de los demás y ver las situaciones desde puntos de vista alternativos, y permite la colaboración empática con colegas y clientes-, y otra es la capacidad para gestionar el cambio y la variedad en el trabajo, teniendo en cuenta que los robots son muy eficaces haciendo lo mismo una y otra vez, por lo que los humanos deberíamos ser más dinámicos.

Esta variabilidad implica detectar valores atípicos, realizar tareas múltiples y aprender. En todo caso, según la investigación de Kellogg, ninguna de estas dos capacidades que nos diferencian de las máquinas es sostenible ni posible si no dominamos la habilidad del ocio. Es lo que nos ayuda a combatir el síndrome de burn out y nos ayuda a mantener vivas esas capacidades esenciales.

Pilar Jericó, presidenta de BeUp, recuerda que "el estar quemado en un trabajo no siempre es culpa del jefe. Esto puede ocurrirle a gente que está encantada con su empleo, porque la presión de lo que les gusta les hace olvidarse de ellos mismos. La necesidad de tiempo libre resulta fundamental, sobre todo si uno es entusiasta de lo que hace".

Fuente: Expansión - RIPE

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...