La carne de cerdo tiene un lugar ganado en la preferencia de los consumidores. Una de las ventajas en los últimos tiempos fue el precio. Los cortes llegados desde Brasil tenían valores convenientes para los vendedores y eran una opción frente a los aumentos de la carne vacuna. Pero eso comenzó a cambiar en los últimos meses y son dos factores los que impulsan la suba del cerdo importado. Port un lado, el fortalecimiento del dólar en la plaza local. Por otro, un fuerte brote de fiebre porcina en China que hace crecer las importaciones de manera sensible para satisfacer la demanda del país asiático.
En diciembre, los importadores uruguayos pagaron US$ 2,10 el kilo de carne de cerdo brasileño. Ese mes, el cierre del dólar fue de $ 32,39. En la primera quincena de mayo el kilo pasó a valer US$ 3,23, mientras el dólar cotiza a $ 35,24. La brecha entre diciembre y mayo es de $ 45,80 por kilo, por el aumento de precio en Brasil y el alza del dólar. En lo que va del año, la moneda estadounidense se apreció 8,7%.
Pese a la suba de más de US$ 1 por kilo las compras de cerdo en Brasil no se moderaron en los primeros cuatros meses y oscilaron entre los 2,5 y 3 millones de kilos. Sin embargo, en la primera quincena de mayo se nota una baja ya que las importaciones no llegan a 1 millón de kilos.
Esa diferencia podría anticipar el fin de la bondiola barata en las góndolas. Sin embargo, los comerciantes no están convencidos de eso.
El presidente de la Asociación Nacional de Carniceros, Germán Moller, dijo a El Observador que el precio de cerdo ha subido en los últimos meses pero igual sigue siendo conveniente. “Estaba muy barata la carne”, dijo.
El comerciante señaló que el incremento no hizo resentir el consumo. “Todavía se sigue vendiendo bastante bien; no sabemos lo que puede pasar de ahora en adelante”, mencionó. Según últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Carnes (INAC) el consumo anual per cápita de carne de cerdo es de 18,3 kilos.
Por su parte, el presidente de la Unión de Vendedores de Carne, Heber Falero, sostuvo que si bien la carne de cerdo importada de Brasil está subiendo, la vacuna local se está incrementando más.
“La diferencia de precio entre la carne de cerdo y la vacuna se agrandó en vez de acercarse; por eso se sigue vendiendo muy bien”, explicó. Esa menor faena no tiene relación con la exportación, es decir que se destine más carne al mercado internacional que al local. “La exportación y el mercado interno siempre compiten, si el mercado interno no paga los precios internacionales no se come carne en Uruguay”, afirmó Falero. Por ese motivo, la carne de cerdo sigue siendo una opción interesante para que los vendedores la expongan en las góndolas, más aún cuando el consumo continúa estable.
Según la Asociación Brasileña de Proteína Animal (ABPA) en abril se exportaron 58 millones de kilos de carne de cerdo. El principal destino fue China con 15,9 millones de kilos. A su vez, en el primer cuatrimestre el país asiático compró 45,9 millones de kilos de carne de cerdo a Brasil. En China están desapareciendo en China millones de cerdos; y el resto del mundo empieza a notarlo. La población porcina del país, la más numerosa del mundo, probablemente se reduzca en casi una tercera parte porque se perderán 130 millones de animales afectados por la fiebre porcina africana.
El brote de la enfermedad dará nueva forma a los mercados de proteínas del mundo. Subirán los precios de las carnes mientras China, el mayor consumidor y productor de cerdo, se prepara para enfrentar años de faltantes e interrupciones en su suministro de alimentos.
El Ministerio de Agricultura chino dijo que estimaciones preliminares señalan que los precios del cerdo subirán más de 70% interanual en el segundo semestre de 2019. La profunda disminución de la población porcina de China conmocionó a la industria alimenticia mundial.
Las acciones de frigoríficos subieron en San Pablo y Nueva York. La población china de 1.400 millones de personas consume 55 millones de toneladas de productos porcinos por año, lejos, la cifra más elevada del mundo. El consumo hogareño de carne aumenta de manera constante junto con el alza de los ingresos familiares, y hasta antes del brote del virus, la mayor parte de la demanda se satisfacía con una población porcina local superior a 430 millones de cabezas. Pero como consecuencia de las muertes derivadas de la enfermedad, China tendrá 130 millones de cerdos menos para fin de año.
Eso generará escasez de cerdo en otros países porque las importaciones mundiales se direccionarán hacia China. En ese escenario, el banco de inversión Morgan Stanley pronosticó que Brasil es un país que está “bien posicionado para crecer rápido” en sus exportaciones porcina a China.
Con información de El Cronista
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