Cuando una mascota se atraganta, cada segundo cuenta. La situación puede volverse tensa y preocupante en un abrir y cerrar de ojos, especialmente si no sabemos cómo actuar de manera efectiva. En el caso de los perros y gatos, dos de los compañeros más queridos en nuestros hogares, conocer las medidas inmediatas a tomar antes de poder recibir atención veterinaria es crucial.
La realidad es que, en muchos casos, no podremos llegar al veterinario a tiempo, y será nuestra rápida intervención la que pueda marcar la diferencia. Si observas que tu perro comienza a toser incesantemente después de haber ingerido algo, es momento de actuar con decisión y eficacia. En las siguientes líneas, te ofreceremos consejos vitales para enfrentarte a este crítico momento que tiene de protagonista a tu mascota.
Si tu perro o gato comienza a mostrar signos de atragantamiento, es esencial mantener la calma y seguir una serie de pasos que podrían ser determinantes en esos momentos críticos. El primer instinto debe ser tratar de tranquilizar a la mascota, empleando palabras suaves y caricias para minimizar su ansiedad y la del propio dueño.
Según recomendaciones de expertos en el sitio web Sr Perro, es importante inspeccionar la boca del animal cuidadosamente. Si se logra identificar el objeto que está obstruyendo la respiración, y está a la vista sin necesidad de provocar más estrés o daño, intenta retirarlo con delicadeza, evitando empujarlo más hacia dentro, lo cual podría agravar la situación.
En casos donde no es posible retirar el objeto manualmente o si esta acción representa un riesgo, se aconseja otras técnicas alternativas. Una de ellas es levantar las patas traseras del animal, colocándolo boca abajo, para facilitar la expulsión del objeto mediante la gravedad.
Si estas medidas iniciales no surten efecto, es necesario recurrir a la maniobra de Heimlich, adaptada para mascotas. Esta técnica requiere que la mascota esté de pie o acostada. Se debe rodear la cintura del animal con los brazos, colocando un puño cerrado justo debajo de la caja torácica y presionando firmemente hacia arriba y hacia adentro en ráfagas de cinco compresiones. Es vital ejecutar esta maniobra correctamente, ya que una presión incorrecta, como en el estómago, no tendría el efecto deseado.
Incluso si has tenido éxito en extraer el objeto que obstruía la respiración de tu mascota, el paso siguiente y no menos importante es acudir al veterinario sin demora. Este paso es crucial para asegurar que no hayan quedado restos del objeto dentro de las vías respiratorias o alguna lesión interna como consecuencia de las maniobras realizadas.
El veterinario podrá realizar una evaluación completa para confirmar que tu mascota está fuera de peligro y no sufre complicaciones secundarias.
La mejor manera de manejar una emergencia es evitar que suceda. Aunque no podemos controlar todos los aspectos del entorno de nuestras mascotas, sí podemos tomar medidas preventivas y educativas para minimizar los riesgos. Aquí te dejamos algunas recomendaciones esenciales:
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