El expresidente Julio María Sanguinetti decidió utilizar el espacio de cartas al director de Búsqueda para salir en
defensa de la
industria uruguaya y del expresidente Luis Batlle Berres, en respuesta a una
columna del humorista Darwin Desbocatti, publicada en la edición del 17 de diciembre del semanario.
Con el foco en la comisión investigadora de
ANCAP, Desbocatti había echado la culpa del déficit de la empresa estatal a Batlle Berres. "Si me preguntan a mí —agradezco la pregunta—, la culpa no es ni de Astori ni de Sendic, ni del FA A ni del FA B. La culpa es de Batlle Berres", afirmó en su columna humorística, y dijo que "ANCAP es el simulador del Uruguay Industrial que él soñaba"". Desbocatti dijo que eso es un sueño imposible, un "Batlle Berretín".
Para Sanguinetti, estas acusaciones son "una insultante diatriba contra el presidente Luis Batlle Berres, uno de los grandes demócrata de la historia de este país".
"A diferencia de lo que sostiene el articulista, toda su lucha fue por conquistar el mercado exterior", dice el expresidente. Y agrega que por eso se enfrentó al proteccionismo de grandes potencias y el desarrollo de la industria que propició llevó a Uruguay a "alcanzar los mejores indicadores sociales de la región".
"¿En qué cabeza cabe que este país puede ser un país industrial?", había preguntado Darwin Desbocatti en su columna humorística semanal. "Felizmente en la de muchos", contesta Sanguinetti en su carta y recuerda el plan forestal de 1988 que fomentó la industria exportadora.
Desbocatti aseveraba además que la sustitución de importaciones fue "una de las burradas más grandes de la historia de la economía". El expresidente afirma que no fue sin embargo "una burrada" ni una teoría, sino "el resultado de la escasez de Uruguay y la región", que tuvieron que producir porque no había qué comprar.
"Queremos dejar constancia que no es con tanta simplicidad y arrogancia que se puede despachar el tema de la industria nacional, recogiendo las tesis de algunos economistas conservadores que soñaron con la 'burrada' del Estado 'mínimo', que se fue tan al diablo como el mundo socialista", sentencia el expresidente colorado.