Los desarrolladores y agentes de ventas en el rubro inmobiliario están seguros de que la fuga de oficinas desde Ciudad Vieja hacia barrios del este de Montevideo (incluyendo la frontera con Canelones) se “aceleró definitivamente”.
Los especialistas en bienes raíces apuntan a la pandemia desatada por el coronavirus como el último golpe que sufre la zona, dado que el confinamiento trajo consigo la modalidad remota y semipresencial de trabajo. Esto hizo que la demanda de las oficinas bajara considerablemente o se necesitaran espacios más pequeños para operar.
Sin embargo, no todos coinciden sobre cuándo comenzó este éxodo, que “viene vaciando algunos edificios” en el otrora polo económico de la ciudad, según expresó el presidente de la Asociación de Administradores de Propiedades de Inmuebles (ADAPI), Nicolás Santerini.
Para el jefe de Ventas de la inmobiliaria ACSA, Pablo Cassi, este proceso inició hace seis o siete años con el auge de los barrios privados —pese a que este fenómeno se viene desarrollando desde la década de los 90 en el país—.
El ejecutivo dijo a Café & Negocios que la fuga de oficinas del casco antiguo de la ciudad tiene que ver, principalmente, con la descentralización. “Hoy ya no es necesario trabajar en Ciudad Vieja o el Centro (lugares que nuclean la mayor parte de los servicios) para cumplir con ciertas gestiones, porque la tecnología permite hacerlo desde cualquier lugar”.
Además, Cassi vinculó el fenómeno al crecimiento demográfico de la ciudad y su “natural evolución hacia el este”. Sin embargo, Ciudad Vieja “vive un período de adaptación”, recalcó
“Nosotros defendemos esta zona”, concluyó el jefe de Ventas de ACSA, cuya visión del fenómeno es más optimista que otros agentes de ventas e inversionistas.
Por otro lado, el presidente de ADAPI cree que la migración comenzó con la concreción del World Trade Center de Montevideo. La zona franca surgió en Pocitos en 1998 y se consolidó rápidamente como un polo estratégico. El megaproyecto estuvo impulsado por el estudio de Carlos Lecueder y el arquitecto y urbanista Ernesto Kimelman.
A su vez, la crisis económica de 2002 terminó por consolidar el éxodo de oficinas, que, hasta ese entonces, radicaban en la antigua zona como su espacio natural, según Santerini. “Muchos inversionistas europeos que invertían en Ciudad Vieja, atraídos por los estilos arquitectónicos de los edificios, lo dejaron de hacer”, agregó.
Si bien el especialista en bienes raíces reconoció que hubo un intento de recuperar esta zona entre 2008 y 2009, no se logró detener la debacle de la zona.
Kimelman, por su parte, observa este fenómeno desde hace 25 o 30 años y que “por ese motivo” decidió apostar al desarrollo del World Trade Center. El empresario sostuvo que, por aquel entonces, muchos se mostraban escépticos, pero el arquitecto ya percibía un esfuerzo de los trabajadores de operar en el entorno en donde vivían. Definitivamente, esto “se potenció” con la pandemia.
“La gente ya no está dispuesta a tardar más de 15 minutos desde su casa al trabajo”, aseguró Kimelman.
Asimismo, Santerini dijo a El Observador que este fenómeno es mundial y no solo se ve en Uruguay: “Es normal ver en otras partes del mundo que el histórico lugar de los negocios se vaya dispersando hacia las afueras de la ciudad”.
Además, en esta zona de Montevideo se están generando varios megaproyectos de oficinas, como el Carrasco Valley.
Las calles Costa Rica y Rivera, en pleno Carrasco, esperan la concreción de un complejo de oficinas que llevará el nombre de Carrasco Valley. La inversión del megaproyecto ronda los US$ 22 millones. Uno de los edificios del Carrasco Valley ya fue adquirido completamente por un inversor, según confirmó el estudio Gómez Platero a Café & Negocios.
Además, se espera que el Carrasco Valley pueda inaugurarse en noviembre de 2022 porque la obra “se viene desarrollando muy bien”, según el estudio. Quienes dirigen el proyecto son Carlos Lecueder del estudio Luis E. Lecueder; Ximena Azpitarte, directora de DAG Emprendimientos.
Un nuevo complejo de oficinas en Carrasco está por anunciarse. Varios inversores ven a este barrio con buenos ojos, pero ya no como zona residencial.
Desde el estudio Kimelman Moraes se confirmó a Café & Negocios que se trabaja en un nuevo World Trade Center en esta zona. En principio, el objetivo es cranear este megaproyecto durante este año y comenzar a desarrollarlo en 2023.
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