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Sindicatos policiales reclamaron tener más potestades para disparar contra delincuentes
Cientos de personas se reunieron este miércoles en la Plaza Fabini para reclamar seguridad en una acción que fue convocada por el Sindicato Policial de Montevideo y la Unión de Sindicatos Policiales, pero en la que participaron organizaciones de vecinos de Rocha, Canelones Montevideo.
En la movilización, que comenzó sobre las 19 horas, varias personas llevaban pañuelos de color azul oscuro con la leyenda “ni un policía menos”, una versión propia del eslogan creado por feministas argentinas para denunciar el asesinato de mujeres ("ni una menos") que se extendió a distintos países de habla hispana. La concentración había sido organizada por el sindicato policial luego de que dos policías fueran asesinados el 28 y el 30 de enero.
Sin embargo, luego de que se corroborara de que ambos habían sido asesinados en circunstancias que nada tenían que ver con su trabajo como policías (el primero fue asesinado en una rapiña cuando iba de particular, y el segundo a raíz de una disputa familiar), el sindicato policial decidió ampliar la convocatoria.
De hecho, la primera oradora de la marcha fue la Sandra González, de la Asociación Civil de Seguridad y Justicia, quien reclamó por las condiciones en las que viven los presos, y la incapacidad del sistema de rehabilitar delincuentes. “No nos comamos la pastilla de que los presos están mejor que nosotros. Esos presos van a salir, a veces no llegan a estar ni un año y cuando salen están peor. No pueden rehabilitar a un preso ni cuidarnos a nosotros”, cuestionó.
Sin embargo, entre los cientos que escuchaban el discurso, una mujer llevaba un cartel en el que podía leerse una visión distinta: “Derechos humanos para el trabajador, no para la delincuencia”.
Por su parte, quien ofició de vocero de las organizaciones sociales de distintas zonas del país, Hugo Barros, en su discurso cargó contra el nuevo Código del Proceso Penal. “El nuevo código del proceso penal habilita a negociar penas. Nos preguntamos si la vida se negocia”, dijo el hombre parado en el escenario, a pesar de que en delitos de homicidio la fiscalía no puede negociar reducciones de pena.
Barros dijo querer “mano dura” y señaló que “nunca en la historia democrática del país la delincuencia había matado tanto”. Asimismo lamentó la muerte de la comerciante de Delta del Trigre, que fue acribillada a balazos el martes cuando intentó enfrentar a tres delincuentes que llegaron para rapiñar su local. “Cuando escuche hablar a la hija me emocioné. Le mataron a la madre de siete disparos, no escuche declaraciones de ningún político al respecto”.
Por su parte, el abogado Washington Abdala, que comenzó su discurso haciendo referencia a la presencia del exfiscal y hoy dirigente del Partido de la Gente, Gustavo Zubía, así como del dirigente colorado y ex vicepresidente, Luis Hierro López, dijo que lo que se necesita no es más mano dura, sino cumplimiento de las leyes. “Permitámosle a la policía hacer su tarea, dejen a la policía proteger a la gente”, dijo Abdala en referencia a la necesidad de aprobar el proyecto de ley presentado por Luis Lacalle Pou sobre la legítima defensa presunta, que daría mayor respaldo para disparar contra delincuentes.
Abdala también defendió que policías puedan trabajar ofreciendo servicios 222 a particulares, una tarea que actualmente es ilegal. Los representantes del gremio que leyeron la proclama de los sindicatos policiales recogieron el pedido de permitir que policías puedan hacer trabajo de seguridad.
El sindicato cuestionó que existan 900 policías viviendo en asentamientos, muchos de los cuales están amenazados, y pidieron que el Ministerio comience a entregar viviendas para solucionar este problema habitacional. Según el gremio, la cartera ha logrado recaudar US$ 7 millones a partir de descontarle 1% del salario a cada efectivo con el fin de volcarlo a un fondo de vivienda pero hasta ahora no se ha entregado ninguna.
El gremio también pidió que se deje de utilizar a policías como “tobilleras humanas”, al enviarlos a hacer custodias a mujeres víctimas de violencia doméstica en asentamientos, donde según dijeron trabajan sin un baño ni lugar donde refugiarse.
La marcha terminó sobre las 21 horas, cuando cientos de personas reunidas en la Plaza Fabini caminaron por 18 de Julio al edificio de Presidencia al grito de: “no va, más queremos seguridad”.
