Cartas de los lectores > Frente Amplio

Sobre el valor del compromiso

Factores a recordad a la hora votar
Tiempo de lectura: -'
20 de mayo de 2019 a las 14:15

Hemos aprendido desde siempre el valor de la palabra empeñada, esto es el valor consistente en cumplir lo prometido, y en este año electoral, vaya si es bueno recordar la vigencia de esa enseñanza, que debiera honrarse aun a costa de uno mismo. Pues hace nada menos que a la credibilidad de nuestras propuestas y en definitiva, con el poder que las propias palabras poseen, las mismas habrán de resonar en la memoria de los ciudadanos que, en libertad y a conciencia, emitirán o no su voto de confianza por uno u otro candidato, al ejercer su soberanía y elegir así un nuevo gobierno.

El faltar a lo prometido, o no cumplir con el compromiso asumido en campañas y arengas políticas, tendrá sus consecuencias en todo el sistema republicano y podrá llevar incluso al descreimiento de los nuevos ciudadanos, a quienes sus mayores mostrarán su desencanto o desilusión. Tamaña tarea supone sostener el mantenimiento de la institucionalidad y la tentación por soluciones corporativas o mágicas, puede llegar a conducirnos a totalitarismos de cualquier signo, muy alejados de la verdadera construcción democrática y participativa. Pues es, en instituciones republicanas y democráticas y en la credibilidad de los actores políticos, en que debe fundarse el ejercicio pleno de la soberanía, donde el pensar y razonar supere al creer y donde la probada honestidad de los gobernantes refleje el sano ejercicio de la función pública, en forma legal, transparente y cristalina. 

Y donde en suma, el Estado se administre a través de los tres poderes públicos con la necesaria independencia y contralor, en beneficio del alto interés público, razón y fin de nuestra organización constitucional como nación soberana. Estamos transitando el último año del tercer período de gobierno del Frente Amplio y creemos que este partido político ya ha tenido su experiencia y su tiempo se ha agotado. Pero considero que, en la buena alternancia de los diversos partidos políticos en poder, ya es suficiente. Las muestras de su accionar están a la vista. Luego de haber recibido un país “con sus cuentas en orden y en crecimiento” después de la peor crisis económica y financiera que padeciera nuestra República en el año 2002, y de haber gozado de una bonanza económica sin precedentes, muy poco queda para las futuras generaciones al pasar la raya.

Los desencantados se cuentan por miles. Se han utilizado las mayorías parlamentarias para bloquear investigadoras. Se han administrado con ligereza los recursos públicos. La inseguridad ha campeado en nuestra sociedad en perjuicio de la vida y hacienda de nuestros habitantes. La educación nunca registró niveles tan bajos. La corrupción ya es imposible pretender taparla, aunque intenten hacer creer que fueron “errores” las conductas tipificadas como delito y los fiscales aconsejen procesamientos sin prisión. La reciente renuncia de un legislador vinculado a una empresa del vidrio, en clara conjunción del interés público con el privado, es un claro ejemplo de ello. Nunca en la historia de nuestro país tuvo que renunciar un vicepresidente de la República por su probada inconducta. Y en ambos casos, sus correligionarios se abroquelaron a defenderlos, (como fue antes el caso del responsable de que los casinos dieran pérdida) y poco menos que en estos dos últimos, se les pretendió hacer casi un homenaje por su “grandeza” (cuando con sus renuncias evitaban en suma un mayor escándalo) y su proceder distaba mucho de ello.

De las negociaciones al cierre de la empresa aérea estatal mejor ni hablar, pues la misma significó no sólo el procesamiento de un ministro de Economía y de un presidente del Banco República, sino que la apuesta a la empresa Alas Uruguay ha significado ingentes pérdidas que no se cubren con las “garantías ofrecidas” por la gestión obrera. Se aumentó considerablemente la carga impositiva y la deuda externa y el sistema de la seguridad social está comprometido. Los planes de vivienda han quedado en voluntarismos demagógicos y los bancos privados, han sido grandes beneficiarios de este partido progresista que, prometió “un país productivo, un país de primera” sin dar los pasos que era necesario dar para lograrlo y los mejor preparados de nuestros jóvenes buscan su futuro fuera de nuestras fronteras. En fin… qué bueno sería que todo esto se recordara y se tuviera en cuenta a la hora de votar. ¡Es tiempo de cambiar!

Marcelo Gioscia Civitate
 

 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...