Después de que se desembolsaran los primeros $ 11 millones (unos US$ 300 mil) Citrícola Salteña (Caputto) pudo comenzar con la cosecha el pasado 22 de abril, en condiciones normales, según explicó a El Observador el síndico asignado por la Justicia, Fernando Cabrera, quien representa a la Liga de Defensa Comercial (Lideco).
Hechas las primeras erogaciones necesarias para la zafra con el fin de adquirir los primeros insumos y el pago quincenal de los jornales a los trabajadores -y a pese a la demora- no se han registrado, por el momento, potenciales pérdidas. Sin embargo, se está a la espera se realice el desembolso total del fondo, comentó Cabrera.
Según comento el síndico, a pesar de que algunas de las deudas comerciales que mantiene la empresa no se pueden pagar porque están dentro del marco del concurso de acreedores, los proveedores en general están accediendo a trabajar con Caputto.
De todas formas, la industrialización de los cítricos debe esperar algunos días para que la fruta pierda el color verde, para después pasar a empaque, explicó.
La Cámara de Representantes aprobó a fines de marzo un proyecto de ley procedente del Poder Ejecutivo por el cual se creó un Fondo Citrícola, que luego fue confirmado por el Senado.
El fondo de $ 120 millones ( unos US$ 3,6 millones) fue diseñados con recursos de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE).
Caputto solicitó el concurso de acreedores en el mes de febrero y ya fue aprobado por la Justicia. Al cierre del ejercicio de 2018, la empresa registró un pasivo por US$ 64 millones y un activo de US$ 79 millones, sumado a pérdidas netas durante varios ejercicios consecutivos.
En comparecencia a la comisión de Industria, Energía y Minería, la subsecretaria de ese ministerio, Olga Otegui, dijo que las ventas de Caputto rondan los US$ 35 millones anuales reprentando un tercio de la venta de todo el sector y un 80% es destinado al mercado externo.
Caputto posee unas 3.500 hectáreas de las cuáles 1.500 están en reconversión varietal. En 2016 hubo un cambio de preferencias del consumidor, explicó la jerarca, que dejó de inclinarse por la mandarina Satsuma -sobre todo en Europa-, lo que provocó un shock para la firma.
Además, en 2018 los precios cayeron y a pesar de que la firma vendió activos para cancelar sus deudas no fue suficiente, hasta llegar al punto de no poder cumplir con sus compromisos comerciales.
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