Activo en 64 países, Uber es una aplicación de tecnología que funciona "como intermediario entre oferta y demanda" para las personas que quieren trasladarse, dijo a El Observador TV la jefa de comunicación de la empresa para América Latina, Soledad Lago. Se trata de un servicio que no cuenta con automóviles ni choferes, y busca una nueva vía de transporte urbano. Germinó en París, se instaló por primera vez en Estados Unidos y, pese a las objeciones de la patronal del taxi, está llegando a Uruguay.
"Llegamos y buscan regularnos con una ley que fue creada para otra cosa que no es Uber. Probablemente la ley de regulación del transporte en Uruguay no tenga contemplado ni la existencia del smartphone, ni transacciones con tarjeta, ni GPS", afirmó Lago. La representante de Uber señaló que "se debería poner por encima lo que es mejor para la ciudad y la gente".
En otros países este emprendimiento "extremadamente seguro" es un éxito, según Lagos, porque le exigen a los choferes ciertos requisitos, y estos a su vez están en constante revisión por parte de los usuarios. Hay un control de los conductores, los puntúan con estrellas, al tiempo que por conductas inapropiadas los choferes pueden ser despojados de su condición. ¿Quiénes pueden manejar? "En los Ángeles es muy habitual que los que son aspirantes a actor o actriz usen Uber en su tiempo libre. El socio conductor es un trabajador independiente, no le exigimos tiempos ni idas ni horas ni recorridos específicos, tiene libertad absoluta", explicó la portavoz de la empresa.
Este sistema se plantea como una alternativa a los taxis y cuenta con su propia configuración: las tarifas son variables, pero no se discrimina día, noche o fin de semana; no se puede pagar en efectivo (solo con
tarjeta de crédito), y para hacer uso de la aplicación hay que abrir una cuenta.
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