Un joven exbanquero de Goldman Sachs liderará la izquierda griega

Al cabo de un mes, y luego de una intensa campaña en las redes sociales, Kasselakis se lanzó al ruedo a finales de agosto y publicó un video de cuatro minutos en sus canales prometiendo “construir el sueño griego”, ascenso que algunos ven como un soplo de aire fresco para un espacio que luchó por desafiar a Kyriakos Mitsotakis y su gobernante partido de derecha Nueva Democracia.

“¡Que caiga la derecha, adelante y a cambiarlo todo!”, lanzó Kasselakis ante un numeroso grupo de seguidores que lo aplaudieron en la sede del partido en el centro de la ciudad de Atenas, la capital del país.

“Tiene un mandato claro que pasa por rejuvenecer el partido para transformar Syriza en un espacio democrático, progresista y claramente de izquierda”, evaluó Nikos Pappas, diputado y peso pesado de Syriza.

Con una experiencia política limitada, incluida una breve temporada como voluntario para el entonces senador demócrata Joe Biden en las primarias presidenciales de 2008, Kasselakis utilizó su carrera empresarial para posicionarse como el candidato con más chances de vencer al actual primer ministro Mitsotakis.

El ex banquero reemplazará así a Tsipras, que llevó a Syriza a la victoria en las elecciones de 2015 y gobernó durante la turbulenta crisis financiera hasta que fue derrotado por Mitsotakis en las elecciones generales de 2019, derrota que no impidió que siguiera liderando al partido hasta este verano boreal.

Educado en la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos, Kasselakis trabajó para Goldman Sachs antes de fundar su propia compañía naviera. Habló abiertamente sobre los derechos LGBTQ en Grecia y vive en pareja con su socio estadounidense Tyler McBeth, lo que lo convierte en el primer líder abiertamente gay de Syriza.

Los medios locales destacan que Kasselakis, que hasta hace poco residía en Estados Unidos y habla con fluidez inglés, alemán, francés y español, recurrió a las redes sociales para impulsar su perfil, en el que Farlie, su perra de agua portuguesa, se convirtió en una cara familiar para la sociedad griega.

El ahora líder de Syriza prometió centrarse en aumentar el gasto público en educación, reemplazar el servicio militar obligatorio por un ejército profesional, separar la Iglesia del Estado y defender los derechos relativos a la igualdad de género. Con ese discurso logró superar a Efi Achtsioglou, de 38 años, abogada, diputada y ex Ministra de Trabajo y Seguridad Social entre 2016 y 2019, considerada hasta la interna como la segura ganadora por los analistas.

La contienda entre ambos bandos no estuvo exenta de tensiones. En especial por la insistencia de Achtsioglou en definirse como la candidata con más experiencia frente a Kasselakis, a quien acusó en repetidas ocasiones de “ingenuidad política”, en el marco de una campaña en la que prometió aumentar los salarios y luchar contra la crisis climática, lo que no le alcanzó para caer en términos de popularidad a medida que se afianzaba la inteligente campaña de su oponente en las redes sociales.

Achtsioglou recibió el 44% de los votos frente al 56% de Kasselakis. La candidata admitió su derrota, señalando que la participación de más de 130.000 militantes en las urnas demostraba que Syriza seguía siendo una fuerza política relevante. “A partir de ahora comienza una gran lucha para ejercer una oposición militante y estructural contra el gobierno de Nueva Democracia y para darle perspectiva y esperanza a la gente que puede y merece vivir mejor”, afirmó Achtsioglou.

“La luz ganó. No soy un fenómeno, soy la voz de la sociedad, a la que nunca voy a traicionar”, prometió Kasselakis ante sus seguidores, al tiempo que consideró que el nivel de participación de los militantes del partido demostró que “Syriza está aquí y se quedará aquí, y ganará de ahora en adelante”.

El flamante líder, además, mencionó a las víctimas de las recientes inundaciones en la región de Tesalia, donde muchas personas perdieron sus hogares y sus medios de vida. “Deseo que el Estado esté a su lado y tome todas las medidas preventivas a partir de ahora”, dijo Kasselakis en un encendido discurso con un alto contenido social.

Sin embargo, sus críticos internos, al igual que los analistas locales, expresaron en repetidas ocasiones su preocupación por su falta de experiencia política formal y sugieren que su enfoque es más centrista de lo que se vio anteriormente en un partido tradicionalmente asociado con la izquierda radical.

Según Georgios Samaras, profesor de políticas públicas en el Kings College de Londres, la victoria del recién llegado a la arena política no es “la solución milagrosa” que el partido estaba buscando. "Su triunfo pone de relieve una preocupante tendencia a la inmadurez política por parte de Syriza. Estas elecciones fueron testigo del ascenso de un político relativamente desconocido que carece de una agenda política clara o de objetivos bien definidos”, dijo el académico.

Para algunos observadores, además, la posición de Kasselakis podría verse debilitada con el correr de los meses debido a que no es miembro en ejercicio del Parlamento, a diferencia de Achtsioglou, quien cuenta ya con una estructura política propia. De allí que algunos analistas señalen que el surgimiento de Kasselakis introduce un grado significativo de incertidumbre en la dinámica de la oposición e, incluso, hablen de un posible “cisma” de Syriza, que nació formalmente en las legislativas de 2004.

(Con información de agencias)