Aquí los damos por garantizados. Hay pandemia, nos calzamos el tapabocas, vamos a la feria o al almacén o al supermercado y allí están. La harina, el arroz, los cítricos, las papas y los boniatos, las lechugas y los tomates están ahí. Semana tras semana, en las cuatro estaciones. Hay pobreza, pero no ausencia de alimentos. En muchos países esto no es así.
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