Un pene congelado, privilegios y el fantasma de Diana: así es el libro del príncipe Harry

El escándalo rinde y eso no es ninguna novedad. Más que nada cuando los famosos, exitosos y poderosos sacan los trapitos al sol. Capaz es porque los comunes mortales saboreamos el placer de ver que sus vidas no son tan idílicas, o porque nos intriga saber cómo viven los que están lejos de nuestro mundo cotidiano, o porque se han convertido –gracias también a la exposición permanente que permiten las redes sociales e internet en general– en culebrones 24/7 que seguimos con ánimo de chusma, de crítica o de curiosidad. Y el que venga buscando eso, o un texto jugoso sobre la realeza, acá lo tendrá a raudales.

Y las figuras saben que el escándalo rinde. Porque les permite dar su versión sin tantos intermediarios (así sea a través de una ficción), contar su “verdad” y, encima, capitalizarlo. Lo hacen los artistas veteranos con las biografías literarias, documentales, con series o películas sobre sus vidas, que aprovechan su marca y hacen unos últimos millones antes del retiro o para ordenar sus testamentos, lo hace Shakira cantando sus críticas a Gerard Piqué, y ahora lo hace el príncipe, con En la sombra.

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Los objetivos del libro se van infiriendo a medida que se lee: el primero, más personal, es el factor catártico. Es una arremetida contra la cara más oscura de los medios británicos, contra la prensa rosa y contra los paparazzis. También contra las decepciones de su familia, a los que reclama una falta de apoyo en momentos críticos; es una descarga contra su hermano William, a quien pinta como un tipo agresivo, frustrado y vengativo, y es, quizás, el que peor parado queda en todo el asunto.

Valerie Macon / AFP

Es también una forma de tomar el control del debate motivado por su salida de la familia real, motivado por las presiones y las agresiones que sufrieron él y su esposa Meghan Markle, como lo fue la entrevista que los dos concedieron a la conductora estadounidense Oprah Winfrey en 2021, o la serie de Netflix que muestra su vida y que se estrenó en diciembre del año pasado. Y ahora que ya no dependen económicamente de la monarquía británica, el dinero seguro no viene mal.

Las revelaciones más escandalosas

Entre The Crown, la debacle de Harry y la muerte de la reina Elizabeth II, a la familia real británica no le han faltado polémicas nuevas o el rescate de algunas viejas. Buena parte de esos eventos son recapitulados por el príncipe en sus memorias, que de alguna manera tienen a la muerte de su madre, Diana, como disparador de buena parte de los traumas y enfrentamientos que él luego atravesó en su vida y que aquí recapitula.

Mientras que la princesa de Gales generó olas con el libro que en 1992 escribió Andrew Morton gracias a sus testimonios directos, Harry toma esa posta aunque presentándose como autor de su propio libro (que tiene como ghostwriter a J.R. Moehringer, autor de Open, la biografía de André Agassi) y no se guarda mucha cosa.

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Según En la sombra, tras la muerte de Diana, Harry quedó relativamente a la deriva entre un padre que no sabía cómo vincularse con sus hijos, un hermano que imponía distancia y un clan que lo consideraba solamente como un “reemplazo”, como alguien que no importaba demasiado por su posición lejana en la línea sucesoria al trono.

Además del dolor lógico de la pérdida, Harry pone en el punto de mira a los medios como los responsables de un acoso constante y sistemático, sin ningún tipo de control y hasta a veces favorecido por la casa real. Harry acusa a su padre, a su madrastra Camilla y a empleados de la familia de permitir a los medios acceso a información confidencial o a permitir que se publicaran falsedades para lavar su imagen mediática y pública y que le pegaran a él en lugar de a ellos.

Se refiere a la vida de la realeza como una “jaula de oro” en distintas ocasiones, y sobre todo, plantea que la presunta rivalidad con su hermano y su cuñada Kate no fue tanto un invento mediático como un realidad, generada por una suerte de choque cultural con Meghan y por unos celos de su hermano, frustrado con las imposiciones generadas por su rol como heredero.

Dominic Lipinski / POOL / AFP

Harry relata agresiones físicas de parte de William y otras verbales bastante intensas por detalles como que se le permitiera usar barba y a él no. Repasa sus experiencias en el Ejército y afirma haber matado a 25 combatientes talibanes, recuenta sus experiencias con drogas (cocaína, marihuana y alucinógenos, desde hongos hasta ayahuasca, a los que asigna un rol terapéutico y un escape necesario en un momento crítico de su vida), cuenta que Markle coqueteó con el suicidio durante su primer embarazo por el acoso de los medios, y señala que en un viaje al Polo Norte sufrió heridas en el pene a causa del frío.

Catarsis literaria

Por fuera de lo picante, el libro articula momentos de humor autoparódico con otros más prosaicos y melosos. Muy melosos. Mucho del tono y de los juegos de palabras se pierden con una traducción que no le hace muchos favores a un libro que se siente un poco inflado de más, aunque es lógico que Harry no quisiera limitarse a los golpes o a lo más complicado y también resumir su vínculo idílico con África o repasar su trabajo de beneficencia, que también son parte de su vida.

Enmarcado por dos funerales –el de su abuelo, el príncipe Felipe, momento en el que confronta en un cementerio a su padre y a su hermano sobre su huida a California, una escena que parece sacada de The Crown, y el de su abuela, de cuya muerte se entera por la prensa—, En la sombra es un libro desparejo y hasta contradictorio.

AFP

Aunque se nota claramente que hay cosas que se guarda de contar (la reina casi no aparece en la narrativa y en definitiva no termina de resolver por qué se fue a Estados Unidos más allá de sus enfrentamientos con los medios), el libro es por un lado doloroso y el claro ejercicio de exorcizar traumas sacados a la luz gracias a la terapia. Es la historia de un hombre que padece estar bajo el ojo público todo el tiempo, desde que le toca caminar detrás del féretro de su madre durante su temprana adolescencia, y el repaso a la vida de un aristócrata que se enfrenta a problemas como los que puede padecer cualquier otra persona y se da cuenta que es un ser humano más.

Pero es también un libro sobre un aristócrata que aunque entiende que es un privilegiado, tampoco logra zafar del esquema que eso implica, y hay momentos en los que, lisa y llanamente, queda un poco pegado. Como cuando rememora el incidente en el que fue disfrazado de Hitler a una fiesta de disfraces o cuando usa el término racista “paki” para dirigirse a un compañero soldado y alega ignorancia sobre las implicancias de esos asuntos (siendo ya un adulto hecho y derecho). O sin notar que no cualquiera puede escapar de sus problemas y refugiarse en una mansión en California. Eso sí, comprada con hipoteca.