Una canchereada fatal le cambió el ritmo a Peñarol y lo clasificó

Entonces, enseguida, se dio una jugada que despertó a todos del sopor. Gargano la tocó para Giovanni González, quien a su vez se la devolvió entre líneas notablemente. De allí al Toro Fernández, este metió el centro atrás para la asistencia de Lucas Viatri. Gargano llegaba de frente y facturó. Golazo.

Leonardo Carreño

Faltaba bastante aún para el final, pero en realidad, allí se terminó la llave. Y todo por una canchereada.

Peñarol aprendió de sus propios errores y fue de menos a más con dos volantes que cumplieron una muy buena producción: Gargano, descomunal y con gol incluido, Guzmán Pereira, como en sus mejores tiempos.

Así fue como el aurinegro logró pasar a octavos de final de la Sudamericana luego de cinco años sin conseguirlo.

Pero no todo había sido tan positivo.

La falta de claridad en el juego se vio desde el inicio. Peñarol logró hacerse del balón, pero su rival lo esperó muy bien parado atrás, y cuando logró taparle los flancos, al equipo de Diego López se le hizo mucho más cuesta arriba.

La ausencia de juego colectivo se hacía notar: era muy difícil ver una jugada de riesgo, era imposible notar sorpresa. Así, todo se le facilitaba más a los colombianos.

Peñarol tenía actitud, ganas, pero con eso no alcanzaba. El fútbol no aparecía y el arco de Camilo Vargas quedaba cada vez más lejos.

Agustín Canobbio e Ignacio Lores –los volantes por afuera– cambiaron de punta para intentar sorprender, pero no lo consiguieron.

La claridad era lo que no encontraba el aurinegro ante un adversario que esperaba para tratar de dar el zarpazo en el complemento.

Cuando se terminaba la primera mitad llegó la más clara para los de Diego López: una gran jugada de Gabriel Fernández terminó con su remate que fue atajado por Vargas y el rebote le quedó a Canobbio. Era gol, pero el arquero mostró una gran repentización y salvó su valla.

Quitando esa jugada, el tedio se adueñó de una primera parte bastante soporífera.

La dinámica no varió al inicio del complemento. Pero llegó la jugada que todos esperaban en el Campeón del Siglo: Cristian Lema quitó un balón en tres cuartos de cancha cerca de su arco y habilitó en carrera a Lores. Este metió el pase al medio y Lucas Viatri metió un lujo de taco para dejar solo a Canobbio y el 1-0.

La imagen que sorprendió a todos en el Campeón del Siglo fue la de Diego López revisando su celular en pleno encuentro. Tras el gol, el DT carbonero se desentendió un instante del compromiso para revisar algún dato, algo que no pasó inadvertido.

Pese al gol de diferencia, Peñarol no consiguió mandar sobre la pelota. Siguió en una especie de abulia en la que se fue contagiando todo el equipo que se mostraba igualmente conforme debido a que con ese resultado, clasificaba a octavos de final.

Hasta ese instante de la canchereada de Pusineri. El 2-0 terminó con todo. Hasta con los cuatro partidos seguidos sin poder ganar en el Campeón del Siglo.