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Una primera lección en Japón: paciencia
"Nos encontramos con unos importadores que si hay algo que les sobra es paciencia, que es la que no llevábamos nosotros”. La frase la emitió el director de Berruti Negocios Rurales, Alejandro Berruti, quien una vez llegado desde Japón –donde participó en la feria de alimentos Foodex 2019– expresó en el programa Tiempo de Cambio de Radio Rural que desde Uruguay se fue con disposición a negociar, “incluso a aceptar precios por debajo de lo que se paga a Nueva Zelanda o Australia”, pero los importadores no estaban dispuestos a hablar de precios, sino a “investigar lenta y paulatinamente el mercado” antes de concretar negocios.
"Nos vinimos todos con las manos vacías, pero con la expectativa de que es un mercado muy atractivo para ciertos cortes, y al cual hay que tenerle paciencia”, sostuvo Berruti.
En la misma línea se expresó el CEO de Marfrig, Marcelo Secco, quien explicó a El Observador que en realidad el Foodex no se trató de un formato de feria tradicional donde los clientes van directamente a ver sus proveedores, sino que fue algo más institucional donde se pudo concluir que “no se trata de la exposición más relevante para relacionarse con los clientes finales”.
Agregó que en febrero del próximo año hay otra instancia más dirigida a los supermercados y habrá que evaluar la conveniencia de participar. “Va a ser un mercado que se va a tener que pagar el costo de haber estado afuera muchos años, entrando de a poco y generando confianza. Hay que tener presente que durante estos primeros meses va a ser más un mercado más de exploración que de volumen. Pero la oportunidad de negocios está, es un mercado muy ordenado, formal y estándar”, comentó Secco.
Según supo El Observador, aunque hubo una alta expectativa de que al abrirse el mercado japonés la presencia de potenciales importadores fuera intensa –como ocurrió con China–, eso no sucedió.
Ventana de oportunidad
La demanda del mercado japonés se compone de 50% de cortes enfriados, que es dominado principalmente por Estados Unidos, y un 50% de congelado que se divide entre cortes trimming para procesar y la mitad de cortes congelados, importación hacia ese país que es dominada por Australia. En este sentido, el mercado nipón, explicaron a El Observador, está plenamente abastecido entre esos dos países, que además son buenos proveedores y el valor de la carne uruguaya está en el segmento de la carne terminada a pasto, nicho en el que Australia se destaca.
El presidente del Instituto Nacional de Carnes, Federico Stanham, dijo que Japón es el tercer importador de carne vacuna –y está creciendo–, además de que se están dando cambios de hábitos fuertes, con sustitución de productos provenientes del mar por proteína animal (mayormente avícola), por lo que es una buena oportunidad que se abre, aunque hay que tener paciencia.
“El balance de la feria es que se pudo calibrar la importancia menor que en este mercado tienen las ferias tradicionales, mostrando una realidad muy diferente a la de China. Esto lleva a que se evalúen otras acciones complementarias para apoyar el trabajo de los exportadores”, comentó el jerarca.
En la misma línea opinó el gerente general del Frigorífico BPU (Breeders & Packers Uruguay), Daniel de Mattos: se trata de un mercado de lenta maduración, extremadamente sofisticado, donde los importadores son pocos y hay que trabajar en el usuario final.
“Es muy difícil competir en ganado a grano con Estados Unidos y Australia, por lo que tenemos que adaptar el producto a las necesidades del mercado, ya que en Uruguay no estamos produciendo lo que en Japón se está consumiendo. Eso lleva tiempo. La demanda a apuntar ahora es a pasto”, dijo el ejecutivo del frigorífico de capitales japoneses.
