La Aditya-L1 fue diseñada y realizada en el Centro de Satélites.

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Una sonda de exploración lanzada por India alcanzó con éxito la órbita del Sol

Se trata de un nuevo paso del exitoso programa espacial de Nueva Delhi, que ya alcanzó la órbita de Marte y posó un explorador en el polo sur de la Luna
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08 de enero de 2024 a las 05:02

La sonda india de observación Aditya-L1, que tiene por misión medir y observar las capas más externas del Sol, alcanzó con éxito la órbita solar después de un viaje de cuatro meses, el último paso del ambicioso programa espacial del país, que comenzó en 1975 con el lanzamiento de un primer satélite a la órbita terrestre.

Desde entonces, la Organización de Investigación Espacial de la India (OIEI) fundada en 1969 envió al espacio varias misiones exitosas. Una de ellas es la Mars Orbiter, que alcanzó la órbita de Marte en su primer intento, colocando a India como el primer país en lograrlo; además de tres misiones Chandrayaan de exploración lunar, la última de ellas al polo sur del satélite.

El ministro de Ciencia y Tecnología, Jitendra Singh, declaró en las redes sociales que la sonda había alcanzado su órbita final "para desentrañar los misterios de la conexión Sol-Tierra". Singh calificó la misión como un “hito” y destacó que la Aditya-L1 es la primera sonda de un país asiático en ponerse en órbita alrededor del Sol, en referencia a las de Japón y China, potencias que también cuentan con sondas de observación solar, pero desde la órbita terrestre.

Aditya, que significa Sol en hindi, viajó 1,5 millones de kilómetros desde la Tierra, sólo el 1% de la distancia que separa a nuestro planeta de la estrella del sistema solar. Ahora se encuentra en un punto donde las fuerzas gravitacionales de los dos cuerpos celestes se cancelan, lo que le permite permanecer en una órbita estable alrededor del Sol. “Un testimonio de la incesante dedicación de nuestros científicos”, afirmó Singh.

La misión, que habría tenido un costo de US$ 48 millones, estudiará las eyecciones de masa coronal, un fenómeno periódico que da lugar a enormes descargas de plasma y energía magnética procedentes de la atmósfera del Sol, eyecciones que de alcanzar la Tierra perturbarían el funcionamiento de los satélites, además de dañar sistemas de comunicación y reducir temporalmente el campo magnético de nuestro planeta.

La agencia espacial del país se distanció progresivamente en los últimos años de Rusia, su tradicional aliado en materia espacial, y promovió la participación privada en el sector. En conjunto, las empresas locales recaudaron más de US$ 245 millones en financiación. El organismo, además, firmó acuerdos con varios países y entidades internacionales para misiones conjuntas y la transferencia de tecnología.

Recientemente, Microsoft suscribió un memorando de entendimiento con la OIEI para impulsar nuevas firmas de tecnología espacial utilizando herramientas y plataformas tecnológicas. Como parte de este acuerdo, la compañía estadounidense proporcionará herramientas basadas en la nube, como MS Azure, y otras impulsadas por Inteligencia Artificial (IA).

El desarrollo del sector también incluye nuevas tecnologías, como vehículos de lanzamiento reutilizables y un desacelerador aerodinámico inflable. Agnikul Cosmos, en tanto, una startup nacional, completó con éxito la prueba de funcionamiento de motores de cohetes impresos en 3D.

La agencia también avanzó en la expansión de sus servicios por satélite en áreas como la teledetección, la navegación y la meteorología. Además, el organismo planea facilitar datos derivados de satélites de alta calidad a estudiantes, nuevas empresas y firmas de tecnología con costos mínimos o nulos para estimular la innovación.

Según los especialistas, el sector espacial indio está preparado para crecer en los próximos años, centrándose en la rentabilidad, la autosuficiencia y las colaboraciones internacionales, capacidades crecientes que incluyen lanzamientos desde su propio territorio. De hecho, la OIEI ya prestó sus sitios de lanzamiento a Agnikul Cosmos y a Skyroot Aerospace, un consorcio de capitales privados.

En lo inmediato, la decisión de Rusia de abandonar la Estación Espacial Internacional y el fracaso de su misión Luna-25, la primera sonda que lanzó hacia el satélite terrestre desde 1976 y que debía aterrizar en el polo sur, objetivo que sí alcanzó la misión india Chandrayaan-3, pusieron a Nueva Delhi en el centro de la atención internacional.

Para algunos, el fracaso de la misión rusa puede ser una señal del declive de las capacidades espaciales de Moscú desde los gloriosos días de la competencia internacional durante la Guerra Fría. India, en tanto, que tiene un historial de cooperación en la materia con Rusia y se constituyó en la primera nación que alcanza el polo sur, privilegió en los últimos años sus vínculos con otros países.

Según la Oficina Nacional de Investigación Asiática (NRB, por sus siglas en inglés), entidad estadounidense con sede en Seattle, India optó por buscar nuevos socios e incluir su programa espacial en el área de defensa luego de que China, en 2007, llevara a cabo su primera prueba de misil antisatélite (ASAT), lo que en la visión de los analistas de la NRB ilustra claramente los desafíos que enfrenta Nueva Delhi en su propia vecindad.

Para India, China es su principal desafiante en la región. Las actividades de Beijing en los últimos años estuvieron impulsadas por la competencia con Estados Unidos, por lo que las capacidades que está desarrollando son mucho más avanzadas que las necesarias para disuadir a India.

De allí que, luego de la prueba ASAT, la comunidad científica, la Fuerza Aérea y sectores de liderazgo político de India comenzaran a debatir si el país debe desarrollar su propia capacidad ASAT, tecnología vinculada con un sistema de defensa antimisiles en desarrollo y que, en parte, depende del avance de la tecnología espacial.

India, además, monitorea de cerca las iniciativas de cooperación espacial de China en el sur de Asia. Beijing lanzó un satélite para Pakistán en 2011, país con el que Nueva Delhi mantiene una muy tensa relación, y otro para Sri Lanka en 2012, estado clave para China en el contexto de su proyectada Nueva Ruta de la Seda.

Según los analistas, las prioridades en materia espacial y de defensa del primer ministro nacionalista Narendra Modi quedaron en claro en junio del año pasado, cuando su gobierno en busca de nuevos socios y de una mayor autonomía firmó los Acuerdos Artemisa con Estados Unidos, programa que cuenta con la adhesión de 27 países y que tiene como meta llevar una misión tripulada a la Luna y la primera a Marte.

 

(Con información de AFP, The National Bureau of Asian Research, y Space News)

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