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Valle del Hilo de la Vida: un paseo por descubrir

En un rincón del departamento de Lavalleja se encuentra el Valle del Hilo de la Vida, un paseo turístico ideal para desenchufarse de la rutina y del estrés laboral, para disfrutar en familia, en pareja o con amigos
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29 de diciembre de 2018 a las 05:00

Por Valentina Longo

A 30 minutos de la ciudad de Minas, sobre el kilómetro 346 de la ruta 12 y entrando unos cinco kilómetros por un camino vecinal, se encuentra el Valle del Hilo de la Vida, un sitio de riqueza arqueológica, energética y natural inigualable.

Adriana Martino, directora del proyecto desde el año 2000, conoció el lugar mientras buscaban junto con su esposo, Gustavo Guerrero, un sitio cerca de Minas donde realizar campamentos y actividades didáctico-recreativas para colegios. “Llegamos con mi familia y nos enamoramos de este lugar. Encontramos que tenía potencial para enseñar geografía, geología, fauna y flora, además de ofrecer un entorno donde se percibe una paz especial”, narra con entusiasmo. 

El Valle del Hilo de la Vida se relaciona directamente con la historia de nuestro país y con los indígenas que lo habitaron, en él se hallan restos arqueológicos y es un punto de interés para muchos historiadores. La importancia de reconocer el lugar, preservar parte de nuestra historia y compartirlo fueron las razones principales que llevaron a que Adriana se decidiera a armar visitas guiadas al valle. “Fue un tiempo de aprendizaje, de leer mucho, de recopilar información de aquí y del mundo, de contacto con historiadores, arqueólogos, indigenistas y de retroalimentación con cualquier persona que nos cruzáramos, porque no había charla en la que no surgiera el tema, las incógnitas eran muchas, la información en ese momento, escasa. Comenzamos a armar un rompecabezas que no sabemos si algún día podrá completarse”, afirma. 

En el año 2003 se realizó la primera visita guiada al sitio arqueológico y eso permitió ampliar el conocimiento. Intercambiar ideas y puntos de vista con otras personas enriqueció la experiencia y ahondó en el descubrimiento místico y espiritual de la zona, conectada con otros puntos emblemáticos a través de su energía característica.  

Actividades para todos

¿Qué se puede hacer en el Valle del Hilo de la Vida? De todo. Al llegar, se participa de una charla introductoria, donde se cuenta la historia y el significado del lugar. Luego, se realiza una caminata guiada por el sitio arqueológico donde pueden apreciarse unas estructuras de piedra muy particulares y un paisaje espectacular: la naturaleza atraviesa cada poro de la piel.

La entrada al lugar tiene un costo que incluye la charla introductoria y la visita guiada. Todas las visitas deben ser coordinadas con antelación y se realizan en dos horarios, que van cambiando de acuerdo a la época del año. “Es un lugar de encuentro y abierto a todos los intereses. Cada persona lo vive a su manera. Invita a descansar, relajarse, conectarse con la naturaleza, con nuestra historia y nuestro interior. Además de comer casero y muy rico”, explica la directora, ya que con las visitas se ofrecen almuerzos y meriendas. 

Una vez finalizada la visita guiada, las personas pueden quedarse todo el tiempo que quieran a disfrutar del lugar por su cuenta, por supuesto, cuidando al extremo el medioambiente y protegiendo las construcciones indígenas. El sendero sigue el Hilo de la Vida, una calada que surge en uno de los cerros por donde pasa el agua que recorre todo el valle, y lleva a descubrir las enigmáticas construcciones en piedra que se localizan en la ladera cóncava del cerro en forma de media luna, y con clara referencia al sol. “La sumatoria de todos estos elementos simbólicos (agua, luna, sol y la elevación de la piedra) junto al hecho de que estas construcciones no tendrían una finalidad para la supervivencia nos permite inferir que se trata de un lugar ritual, de ceremonia, donde se percibe una energía especial. Es una pieza más del puzle que cambia el concepto que teníamos de la historia de nuestro país. Y muestra a nuestra tierra viva llena de fauna y humanos complejos y evolucionados, con raíces mucho más profundas y lejanas”, aclara Martino. Pero también hay otros atractivos para visitar, como el sendero de la Cañada Arrulladora, la gruta de San Antonio, el Punto Armónico y hasta un siestario con hamacas paraguayas para reponer las energías y volver a la rutina totalmente renovado. El Valle del Hilo de la Vida invita a la reflexión y el cuestionamiento, pero, sobre todo, al relax. 

Como en casa

El lugar cuenta con un parador que ofrece almuerzos y meriendas con delicias caseras, elaboradas con productos propios y de la zona. Su ambiente cálido y acogedor y una terraza con vistas al poniente sobre el paisaje serrano cautivan a todo visitante. Próximamente se inaugurará la Posada del Valle, con ocho habitaciones con baño privado y terraza panorámica, además de piscina y spa para completar la experiencia. “No es solo quedarse a dormir, ofrecemos una experiencia diferente. Los huéspedes podrán deleitarse con la bondad de la noche, vivenciar la salida de la luna llena detrás del cerro, disfrutar del fogón que invita al encuentro con otras personas y con la vía láctea en todo su esplendor, realizar caminatas nocturnas con antorchas, y mucho más”. 

Por más información: valledelhilodelavida.com  / [email protected]

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