Víctor Rostagno ratificó en el Sudamericano de gimnasia artística que se llevó a cabo en Santiago de Chile que es uno de los mejores deportistas del continente en suelo y salto.
El gimnasta, de 20 años y defensor de Olimpia, ganó la medalla de plata en suelo además de ser finalista en salto. De esta forma ganó la sexta medalla en campeonatos sudamericanos volviendo a hacer historia para el deporte uruguayo.
Si bien Christian Meneses, en Santiago 2013, fue el primer uruguayo en hacer podio en un Sudamericano, Rostagno logró después el puesto más alto (con medallas de plata) en esta clase de certámenes y además le dio a Uruguay sus primeras conquistas en el Campeonato Panamericano por aparatos y en los Juegos Odesur, el año pasado en Cochabamba.
“El deporte no para, las competencias siguen creciendo de nivel. Así como en otros deportes se bajan marcas, en la gimnasia la complejidad de los ejercicios aumentan así como también su perfección. El nivel sudamericano sigue creciendo. No te digo que vamos corriendo atrás, pero a veces vamos corriendo al costado aunque a veces, como en esta ocasión, damos un pasito adelante”, dijo a Referí el formador y entrenador de Rostagno, Mario Martínez.
“Este era el primer objetivo del año. El siguiente son los Juegos Panamericanos de Lima (25 de julio al 11 de agosto) y el tercero, en octubre, el Mundial de Alemania que son la catapulta para los Juegos Olímpicos de Tokio en donde si bien recién estamos agarrando el nivel mínimo como para meternos en la elite mundial, ya vamos vislumbrado alguna oportunidad. Hay que trabajar duro para ese compromiso”, agregó el entrenador.
“El Sudamericano no es una pieza suelta en nuestro calendario, tiene sus objetivos en sí y es parte de un engranaje de la planificación anual porque por un lado tenemos el compromiso y la responsabilidad de tener un buen rendimiento. Por otro lado no participamos demasiado de competencias internacionales como sí lo hacen vecinos de Sudamérica, es un tema de costos. Una Copa del Mundo nos sale US$ 4.000 o 5.000 mil para participar y acá los fondos son limitados”, manifestó.
“El problema que eso nos trae es que tenemos pocas instancias para poner en marcha la puesta a punto de ejercicios nuevos. Este Sudamericano era para obtener el mejor rendimiento posible y poner a prueba cosas nuevas, lo que en sí es algo contradictorio porque tenés más chances de cometer fallos. Si le embocás, el puntaje va a ser mejor. Eso lleva a analizar bien la estrategia para cada torneo. En este torneo, los jueces fueron muy duros en materia de ejecución”, analizó Martínez.
“Esta medalla nos da oxígeno para seguir moviendo la máquina deportiva. Tenemos la suerte de haber sido beneficiados otra vez con el viaje a entrenar a China. Para Víctor la de este año fue la tercera vez. Volvió con muchas cositas nuevas y otras para seguir trabajando. Lamentablemente no tenemos en nuestro medio el soporte para sostenerlas. Víctor entrena en un gimnasio donde no hay silencio, está al lado de una cancha de básquetbol donde también se entrena picando la pelota”, concluyó Martínez.
Así y todo, los resultados se suceden. Rostagno es la insignia histórica de la gimnasia uruguaya y ahora se le vienen dos desafíos mayúsculos: los Juegos Panamericanos y el Mundial. Con la ilusión de Tokio 2020 de fondo.
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