La orden del médico es la siguiente: mover los brazos de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo para limpiar las ventanas sucias que aparecen en una pantalla. El ejercicio puede parecer sencillo pero no lo es para pacientes con disfunciones musculoesqueléticas. Para ellos, cada movimiento es un reto. Pero, con dificultad o no, un ejercicio repetitivo puede ser aburrido. Y, si es aburrido, el paciente puede frustrarse. Entonces, el médico uruguayo Arie Burstin, radicado en Israel, tuvo un pensamiento: ¿y si los pacientes hacen los movimientos mientras juegan un videojuego?
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