Zorrilla: las subastas en sólida sintonía con el arte y las antigüedades

En 2012, luego de haber trabajado en otra casa del rubro, abrió Zorrilla Subastas, la que se ha expandido “muchísimo” en el mercado, en especial, “en la parte de remate comercial”. “Hemos ido creciendo mucho con catálogo. Trabajamos mucho la pintura nacional, pintura extranjera, muebles, adornos y alhajas. Y nuestra especialidad, que es el rubro que más se ha desarrollado y que más trabajamos, es la platería criolla, armas antiguas y cosas históricas. Este año en particular tuvimos un gran desarrollo en la parte de pintura nacional”, comentó.

Así, en este 2023, la firma tuvo su mejor temporada. “Para nosotros fue el año más importante de la empresa, en crecimiento, en presencia en el mercado y en facturación, en todo. Y eso gracias a que tuvimos mucha más participación en el arte uruguayo. Tuvimos remates excelentes con récords de venta. Vendimos Torres García, Figari”, subrayó Zorrilla. “El 2023 fue el mejor año de nuestra historia”, insistió.

El rematador de 49 años dijo que el crecimiento impactó también en el mercado internacional. De la mano de dos plataformas globales, logran captar clientes de todo el mundo: así, Zorrilla Subastas vende “mucho” en Europa, Estados Unidos y China.

Una de las plataformas se llama Invaluable, la que “maneja” sobre todo el mercado estadounidense, y funciona desde 2016. Y desde el año pasado, utilizan la francesa Drouot, una base “muy fuerte” en el continente europeo. Por tanto, estas iniciativas devienen en remates con “valor internacional”. “Es lo mismo rematar una pieza importante acá que hacerlo en cualquier lado del mundo, porque el comprador es el mismo”, indicó Zorrilla. El 50% de sus remates se venden para Estados Unidos.

Cada plataforma tiene unos seis millones de usuarios y esto implica contar con todo un departamento de atención al cliente internacional. “Tenemos gente que habla inglés, que habla francés, otro italiano. Yo hablo muy bien portugués. Entonces, manejamos mucho cliente de afuera. Y eso nos ha hecho crecer mucho porque en el arte oriental, por ejemplo, hemos tenido récords”, continuó el martillero quien dice “adorar” su trabajo. “Soy un obsesionado”, para el cual dedica “las 24 horas”, una labor que “descubrió de grande” luego de haber trabajado en la automotora de su padre. Además, aseguró gozar de un equipo “muy bien armado y dinámico”.

Zorrilla destacó la manera en que Uruguay “sorprende” al mundo con las “cosas excepcionales” que aparecen en nuestro país para subastar. “El uruguayo es muy conservador de por sí. Y eso hace que aparezcan tesoros. Como alhajas muy buenas. Uruguay es un mundo interminable. Nosotros no damos abasto. Somos 8 trabajando y no nos alcanzan las manos para la cantidad de mercadería que nos viene”.

Zorrilla relató que en 2019 vendieron un reloj de uno de los que murió en el Titanic. Resultó ser un momento de fama para él y la firma. “Nos hicieron notas de todos lados del mundo, de la CNN, de la BBC, unas 25 a nivel mundial. A mí me encanta el tema de poder lanzar el mercado uruguayo al mundo, algo que funciona muy bien porque es atractivo y porque aparecen cosas raras”, afirmó.

El rematador agregó que, durante el período de entreguerras, Uruguay se posicionó como uno de los países más pujantes de la región, mientras que el viejo continente se despedazaba en esas dos grandes contiendas bélicas. “Entonces se consiguen cosas que en Europa no aparecen”.

Con la vista puesta en este 2024 que recién arranca, Zorrilla cree que se mantendrán los buenos números: “Creo que cuando agarrás un ritmo así, es todo crecimiento. Hace dos años que venimos creciendo fuerte y lo veo igual. O sea, para marzo ya tenemos proyectado un remate muy importante de platería criolla, armas antiguas y documentos históricos. Para abril tenemos un remate de pintura nacional y prácticamente hasta la mitad del año todo el calendario se encuentra encaminado”.

Eso sí, siempre la idea de seguir imprimiendo y publicando los catálogos de remates, a la vieja usanza. En la actualidad, sólo Zorrilla Subastas lo hace de forma física, en papel impreso. “Es una inversión, es mucho más trabajo, mucho más todo, más costoso, pero sigo apostando a eso porque creo que es muy importante a la hora de llegar al cliente. Por ejemplo, en la pandemia la gente mayor no podía salir y nosotros les mandábamos todo con el catálogo. Imagínate que, para ellos recibir un catálogo impreso en su casa, significaba leer un libro y disfrutarlo; era un lujo”, argumentó. “Nosotros hacemos unos mil catálogos, y repartimos unos 700 a domicilio. Es un costo gigante, pero también lo disfruto y sé que son semillas que vamos plantando”, concluyó Zorrilla.