Una niña de 6 años dibujaba en clase al fondo del salón. El maestro se acercó y le preguntó qué estaba haciendo. “Estoy dibujando a Dios”, respondió. “Pero nadie sabe cómo es Dios” contestó él, a lo que la niña le devolvió: “Bueno, se sabrá en un minuto”. Esa anécdota fue utilizada por el escritor y educador británico Ken Robinson en 2006, en una de las charlas más vistas de Tedx: Las escuelas matan la creatividad. El conferencista, que explicó por qué, a su entender, la creatividad es tan importante en la educación como la alfabetización, comentó que los niños “si no saben, hacen el intento” sin temor a equivocarse. Según Robinson, con el tiempo se va perdiendo la capacidad creativa y ganando miedo a la equivocación, uno de los mayores –si no el más grande– enemigos de la creatividad. Y así, agregó, es como se administran las empresas, “estigmatizando los errores”.
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