En el año 2023 la temperatura del planeta ha marcado un nuevo récord, el ascenso del narcotráfico y una nueva guerra de gran escala en Medio Oriente. Y la expresión de los tres fenómenos tiene un aterrizaje geográfico específico: Dos estrechos clave para la navegación en problemas. Dos talones de Aquiles rotos que pueden poner a la economía mundial de rodillas. Uno no puede dejar de sorprenderse al encontrar análisis como el que sigue. En Panamá el Niño es sequía y vaya si tienen sequía. Una de tal proporción que está estrangulando el comercio entre el Atlántico y el Pacífico.
Por la sequía, desde mediados de julio, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) ha venido limitando gradualmente el paso de embarcaciones. “Debido al Fenómeno de El Niño, la precipitación promedio acumulada de lluvias en la Cuenca Hidrográfica para 2023 es 25.6% menor que la precipitación promedio de los últimos 73 años”, explicó la ACP el 3 de octubre. De un tránsito normal de 38 barcos, se ha ido gradualmente reduciendo la posibilidad de cruzar y se proyecta para febrero una operativa de solo 18 buques por día.
El sitio Insight Crime reporta un costado llamativo de lo que está pasando en el país Centroamericano. “Con la operación del Canal de Panamá reducida, todos pierden, incluidos los grupos criminales. En el caso de que este escenario se mantenga, narcotraficantes replantearían las rutas y métodos de entrega de su mercancía. Al bajar el volumen de contenedores cargados en Panamá disminuye, las autoridades tendrían capacidad para inspeccionar un mayor porcentaje del flujo total, lo que reduciría las probabilidades de éxito de los traficantes.
También se habla de otros factores que han secado al canal como el uso masivo de agua por parte de empresas mineras. Como sea, una vía marítima clave que está trabada y que en parte está complicando a las exportaciones de arroz de Uruguay.
En el otro lado del mundo, el estrangulado es el comercio hacia y desde el Mediterráneo. A más de 1.000 kilómetros del Muro de los Lamentos, los rebeldes houtíes de Yemen en rechazo a la invasión de Gaza están disparando a los buques que pasan por esas costas. Esto sucede en el estrecho Bab el Mandeb -la Puerta de los lamentos- donde ya varios buques han tenido que lamentar recibir el impacto de un misil o un drone desde la costa. EEUU ha organizado una coalición para proteger el comercio, pero la mayoría de las empresas navieras y de contenedores han decidido no cruzar la puerta Bab el Mandeb, noi entrar al Mar Rojo y no pasar por el canal de Suez. Los yemeníes han tenido una respuesta desafiante ante los anuncios de EEUU. Aún con escolta y a riesgo de represalias prometen seguir obstruyendo el comercio. Llevan años resistiendo los embates de Arabia Saudi, están fogueados en el combate y al decir de un amigo uruguayo navegante que ocasionalmente recaló allí años atrás, llevan una metralleta como nosotros el termo y el mate, desde pequeños y con total naturalidad.
Por el estrecho que va del Bab el Mandeb recorre el Mar Rojo y llega al canal de Suez transcurre el 12% del comercio del mundo y pasan en tiempos normales el 30% de los contenedores del mundo, de modo que una traba prolongada en este tránsito es potencialmente caótica como quedó claro en 2021 cuando encallara el barco Ever Given en el Canal de Suez. La empresa de muebles Ikea ya advirtió de que habrá desabastecimiento. Este jueves la alemana Hapag-Lloyd y la naviera de Hong Kong's OOCL aunciaroin que dejarán de ir por esa ruta.
“La navegación vuelve a las rutas del siglo XIX” ironizó en el programa Tiempo de Cambio Ruben Martínez, el director de Corporación Navíos, empresa que en Uruguay opera en Nueva Palmira, que destacó que la gran mayoría de los granos uruguayos no transita por las rutas afectadas
Los ataques de los Houtíes se intensificaron el 15 de diciembre y nadie sabe cuánto puede crecer en importancia este frente paralelo en la guerra de Medio Oriente.
La turbulencia climática y la geopolítica parecen entrelazarse y estar destinadas a aumentar. La mano de Rusia se puede ver por varias partes apostando a la desestabilización. Al agro y al conjunto de la economía uruguaya se le asoma un riesgo nuevo para 2024, una suba del precio de los fletes y un freno de la economía mundial más agudo del que ya se pronostica, es por ahora un escenario posible. En algún momento volverá a estar operativo el canal de Panamá. El Niño está empezando a retirarse. Pero cual sea el desarrollo de los acontecimientos en Medio Oriente y cuánto dure el escenario bélico es más difícil de predecir. Y mientras el precio del petróleo ya ha repuntado por el riesgo Medio Oriente y lo que podría ser una baja de precios a comienzos de enero cuando el crudo estaba a US$ 70 por barril, ahora parece no ocurrirá con el precio a US$ 80.
La turbulencia parece ser la nueva normalidad del comercio internacional y el 2024 empezará con dos buenos ejemplos de ello. En este caso, la ubicación geográfica de Uruguay y de la mayoría de sus rutas comerciales pueden ser una ventaja porque la estabilidad en estos tiempos será cada vez más valorada.
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