La inusitada seguidilla de muertes violentas en Montevideo durante agosto pasado, por ajustes de cuentas entre bandas delincuenciales, según las autoridades, y, probablemente también el aumento de las incautaciones de drogas, son las señales más crudas de que Uruguay empezó a ser víctima de una red globalizada de narcotráfico que pone en entredicho políticas públicas de estupefacientes y de seguridad.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá