Suárez y Godín le dieron la bienvenida a la invasión celeste

“¡Lucho, Lucho!”, le gritaron los uruguayos; “Luisito, Luisito”, los brasileños. Este miércoles al mediodía en la entrada del hotel de la selección, todos querían una foto con el goleador celeste y todos se fueron con su recuerdo junto al salteño.

Como en el día anterior, cuando Luis Suárez y Diego Godín rompieron el protocolo de seguridad para acercarse a los hinchas, este miércoles ambos jugadores fueron los que estuvieron junto a los seguidores de la selección.

Pero esta vez el vallado estuvo más cerca de la zona de descenso de los futbolistas y la puerta del hotel Deville Prime, lo que le permitió a los hinchas estar más próximos a los jugadores, cuando arribaron del entrenamiento que realizaron en el complejo deportivo de Gremio.

En el lobby y entre los hinchas que esperaban la llegada circuló la versión de que Godín había pedido ese cambio en el vallado, pero no pudo ser confirmada por los allegados a la selección.

Entre quienes esperaban estaba una familia que había llegado desde el Chuy el día martes. Padre, madre y sus dos hijos varones aguardaron con paciencia la espera de los jugadores, con el deseo de ver a Luis Suárez y Edinson Cavani. “Se hicieron la rabona a la escuela pero no hay problema, tienen buenas notas”, dijo el padre sobre el faltazo de sus hijos. “Es una gran experiencia para ellos y para nosotros”, agregó

También estaban Paulo y Ricardo, padre e hijos de Porto Alegre que se acercaron para ver a los delanteros celeste y vaya que lo lograron. “Acá se sigue mucho el fútbol uruguayo”, dijo el papá que le aconsejaba a su hijo que se colocara cerca de la valla.

Cuando a lo lejos se divisó el ingreso del ómnibus al estacionamiento del hotel, los casi 50 hinchas comenzaron a cantar a viva voz el “soy celeste”, hasta que el autobús se detuvo y comenzaron a descender.

 “¡Maestro!”, le gritaron a Óscar Tabárez, quien respondió con un saludo con la mano.

Luego, comenzó el descenso de jugadores y Godín fue el primero en acercarse, lo que desató la locura de los presentes, quienes se sacaron fotos con el capitán. El zaguero fue pasando frente a cada uno, posando para las cámaras y saludando.

Los demás jugadores ingresaban al hotel y saludaban. “El Pelado” Martín Cáceres fue llamado por un hincha y también se acercó para la foto.

Cuando salió Suárez, hubo más gritos y el atacante se acercó al vallado para estar unos tres minutos sacándose fotos, siempre sonriente. Algunas las sacó él mismo, tomando el celular de quienes le pedían. Incluso, en medio de la euforia, uno le dijo si no podía acercarse de nuevo porque la foto no había salido. Y ahí fue Suárez, gentilmente, para volver a posar.

El delantero se fue en medio de aplausos, siendo el último de todos los futbolistas en entrar al hotel. “¡Qué grande!”, comentaban los hinchas, que luego se pusieron a cantar una vez más, antes de retirarse con una sonrisa de oreja a oreja.

“Suárez y Godín son unos capos, unos animales”, dijo Alejandro, un hincha de Salto que llegó junto a tres amigos en auto. “Se borró nuestra foto y volvió a sacarla”, comentó. “Somos una barra de amigos desde hace años y cuando podemos seguir a la celeste la seguimos, y ahora cuadró y llegamos el lunes”, señaló Roberto, otro de los integrantes del grupo que organizó el viaje ni bien se conocieron las sedes.

Otro de los que vivió el recibimiento fue Gustavo, uruguayo que vino a Brasil desde Nueva Jersey, Estados Unidos, para alentar a la celeste. “Pienso quedarme hasta la final, tengo pasaje de vuelta para el 9 de julio”, contó. “Me vine solo y me junté con unos amigos uruguayos que conocí en Rusia y que están acá”, agregó.

De Montevideo, de Pando y de San Pablo eran otros tres de los que llegaron temprano para ver a los jugadores. “En Belo Horizonte pudimos estar bastante cerca de los futbolistas y conseguimos la firma de Suárez que no la teníamos”, dijo Fabricio, de la ciudad canaria.

Ellos fueron algunos, los primeros, de los cerca de 20.000 hinchas uruguayos que se espera que este jueves alienten a la selección en el Arena do Gremio, donde también habrá muchos aficionados locales y donde la celeste será local.