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Aumento del precio de los alimentos, el lado B del nuevo dólar agro
El precio del maíz ha experimentado un aumento del 25% desde que se implementó la medida del "dólar maíz" o “dólar agro”, que busca recaudar unos USD 1.500 millones hasta finales de agosto. Si se consideran todos los productos incluidos en el dólar agro a $340, los ingresos podrían rondar los USD 2.000 millones. Aunque esta medida ha tenido efectos positivos para los productores del cereal y el Gobierno, también ha generado preocupación debido a la presión sobre los costos de alimentos básicos y la posibilidad de trasladar estos incrementos a los precios.
Los sectores de carne bovina, porcina y aviar, así como los lácteos, han aumentado su preocupación por el impacto del nuevo dólar, ya que el maíz es un componente fundamental en la dieta balanceada de los animales. El Gobierno ha mencionado la posibilidad de ofrecer compensaciones a ciertos sectores para evitar impactos en los precios de los alimentos, pero aún no hay una solución concreta.
Desde la central de empresarios avícolas afirman que la subida del maíz impactará en un aumento de costos entre el 9% y el 11%, y si el mercado lo permite, es inevitable trasladarlo a los precios. En el caso del sector porcino, se calcule que los costos del alimento balanceado se cancelarán en alrededor de $80 por kilo, lo que podría resultar en un incremento de precios del 20%.
Por otro lado, el sector de la carne vacuna también se verá afectado, ya que el aumento de los costos de producción podría generar pérdidas significativas. Los feedloteros no tendrán margen para trasladar los incrementos de costos al precio de la hacienda. Se espera que en primavera la oferta de carne se reduzca debido a la retención de animales en los campos para engordar a pasto, lo que podría afectar los precios a futuro.
Desde el sector lácteo, se informa que el costo de producir un litro de leche excede en un 15% debido al aumento del precio del maíz. Sin embargo, no se espera que este incremento de costos se refleje directamente en el precio final, ya que el poder adquisitivo está limitado y la sobreoferta de leche podría frenar la traslación completa del aumento de costos.
