El Directorio del Banco Central del Uruguay (BCU), resolvió este miércoles recortar la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 50 puntos básicos, desde 9% hasta 8,5%.
Esta nueva baja llega tras la pausa que la autoridad monetaria había hecho en febrero, y se concreta días después que la inflación en Uruguay volviera a caer, esta vez hasta 3,8% en el año cerrado a marzo.
En tanto, el promedio de expectativas de analistas, empresarios y mercados financieros para el horizonte de 24 meses tuvieron un nuevo descenso en marzo para ubicarse en 6,3%. Si bien están en mínimos históricos, todavía se ubican por encima del techo de rango meta (entre 3% y 6%).
Tras su segunda reunión del año el Comité de Política Monetaria (Copom), valoró positivamente la permanencia de la inflación en el rango meta (desde hace 10 meses) y la convergencia de las expectativas.
La autoridad monetaria proyecta que la inflación interanual se mantendría dentro del rango meta durante todo el horizonte de política monetaria, terminando en 5,3% en 2025. En particular, la proyección sitúa a la inflación en 4,9% para el cierre del año 2024.
Los analistas privados esperan actualmente en mediana una inflación de 6 % para el horizonte de 24 meses, según la última encuesta de expectativas del BCU. Esa proyección se ubica en el techo del rango meta, pero todavía distante del centro (4,5%).
En tanto, las expectativas de los empresarios se ubican actualmente en el eje de 7% para los próximos dos años, según la encuesta que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Entre julio de 2021 y diciembre 2022 cuando la inflación estaba en niveles de 8% y 9% el BCU llevó adelante una política contractiva que subió la tasa de interés en 12 oportunidades.
En ese período la TPM pasó de 4,5% a 11,5% e implicó encarecimiento del crédito en pesos, menos incentivo para el consumo y mayor atractivo para el ahorro.
Luego en 2023 y a medida que las expectativas mejoraron se inició un ciclo de siete recortes que suavizaron la instancia de política, y que llevaron la TPM hasta los niveles actuales.
Tomando en cuenta que ahora la TPM se redujo a 8,5% y que el promedio de expectativas a 24 meses se ubica en 6,3%, la tasa real (nominal – expectativas) es de 2,2%, nivel muy alineado a lo que el BCU ha estimado como neutro.
Así este nuevo recorte pone fin momentáneamente a la instancia contractiva de política monetaria, que pasa a fase de neutralidad, y que en teoría no provoca presiones sobre la demanda en ninguna dirección.
Una de las finalidades del Banco Central es la estabilidad de precios, como forma de preservar el valor de la moneda, o sea la capacidad de compra del peso uruguayo.
La actual política monetaria en Uruguay es un esquema de metas de inflación basado en tasas de interés. La variable principal de referencia es la tasa del mercado de dinero interbancario (tasa call) a 1 día de plazo.
La política monetaria busca que esta tasa transmita su señal al resto de las tasas de interés de la economía consistente con el objetivo de inflación. Es decir, termina incidiendo en el costo del dinero de los eslabones de la economía doméstica.
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