El Banco Central del Uruguay (BCU), redujo la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 50 puntos básicos, desde 10% a 9,5%, en busca de anclar las expectativas de inflación de los agentes económicos.
Se trata de la cuarta baja de tasas que realiza la autoridad monetaria en lo que va del año, aunque en esta oportunidad lo hizo a un ritmo menor en comparación a lo ocurrido en agosto (75 puntos básicos).
También anunció que el proceso de reducción se encamina a una pausa.
El Comité de Política Monetaria (Copom), se reunió un día después que los datos oficiales mostraran una nueva caída de los precios en el año cerrado a setiembre (3,9%). Con ello la inflación se ubica en el menor nivel desde agosto de 2005, y está dentro del rango meta fijado por las autoridades (entre 3% y 6%). Además está más de 6 puntos porcentuales por debajo del mismo mes de 2022 (9,95%) y en su nivel más bajo de los últimos 17 años. En tanto, la inflación subyacente se redujo nuevamente para ubicarse en 3,3%, cerca del piso del rango meta.
El comunicado del Copom destacó que “valora positivamente la gradual convergencia de las expectativas hacia el rango objetivo, así como el funcionamiento general de todos los canales de transmisión de la política monetaria”.
La proyección del BCU para el horizonte de política monetaria (24 meses) es de una inflación de 5,3%, manteniéndose en el rango objetivo durante todo el período.
En la actualidad la inflación esperada por la mediana de los analistas en el horizonte de 24 meses (relevante para la política monetaria) se ubica en 6,2%, de acuerdo con la encuesta del BCU, dos décimas arriba del techo del rango meta y distante del centro del rango (4,5%).
Por su parte, los empresarios que participan de la encuesta que realiza el Instituto Nacional de Estadística (INE) proyectan una inflación de 8% para los próximos 24 meses, y son las más desancladas.
“El promedio de los indicadores de expectativas de inflación disponibles a setiembre se sitúa por debajo del trimestre anterior (6,87% frente a 7,09%). Dicho promedio es el resultado de una reducción en todos los indicadores, con excepción de empresarios”, valoró el comunicado oficial.
Una de las finalidades del Banco Central es la estabilidad de precios, como forma de preservar el valor de la moneda, o sea la capacidad de compra del peso uruguayo.
La actual política monetaria en Uruguay es un esquema de metas de inflación basado en tasas de interés. La variable principal de referencia es la tasa del mercado de dinero interbancario a 1 día de plazo.
La política monetaria busca que esta tasa transmita su señal al resto de las tasas de interés de la economía consistente con el objetivo de inflación. Es decir, termina incidiendo en el costo del dinero de los eslabones de la economía doméstica.
Si bien las expectativas que tenían los agentes de mercado de que el BCU bajara las tasas pueden en teoría haber incidido durante los últimos días en el tipo de cambio, no es el único factor ni el más relevante. En resumen, no cabe esperar movimientos relevantes en el tipo de cambio por la decisión del BCU.
Para la decisión adoptada se valoraron aspectos de la coyuntura internacional, regional y local.
El Copom señaló que el escenario base internacional presenta “algunos desafíos” fundamentalmente para 2024, con mayor crecimiento esperado en Brasil y EEUU, “que se vería más que compensado por una menor expansión en China y Europa y por una caída más acentuada en Argentina”.
Sobre la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos, se espera que evolucione por encima de lo que se preveía en junio, “lo cual se vería parcialmente compensado por un riesgo soberano menor” en todo el horizonte de política.
En Uruguay, la actividad económica mostró en el segundo trimestre de 2023 una caída, en términos desestacionalizados, de 1,4% en relación con el primer trimestre, mientras que, en términos interanuales, exhibió una caída de 2,5% en relación con el segundo trimestre de 2022.
Según el Copom, las proyecciones de corto plazo sugieren que la economía se recuperaría en la segunda mitad del año, impulsado por la reversión de los efectos de la sequía y la puesta en funcionamiento de la segunda planta de celulosa de UPM. En esta línea, se esperan variaciones desestacionalizadas de 1,5% y de 0,5% para el tercer y el cuarto trimestre del año respectivamente.
"En la actual coyuntura, mientras terminan de alinearse las expectativas y se continúa fortaleciendo la credibilidad al permanecer dentro del rango meta de la inflación, la tasa de política monetaria se encontraría en un nivel cercano a finalizar el ciclo de baja", concluye otra parte del texto oficial de la reunión.
La próxima reunión del Comité está programada para el jueves 16 de noviembre.
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