¿Alguna vez te has preguntado por qué tu perro, de repente, comienza a deslizarse sentado por el suelo como si estuviera en un trineo invisible? ¿Sabías que este comportamiento puede ser el signo de un problema que muchos propietarios desconocen hasta que se manifiesta? Nos referimos a las glándulas anales, estructuras pequeñas pero esenciales para la comunicación entre canes, situadas a ambos lados del ano de los perros.
Su existencia y función suelen ser un misterio para muchos hasta que surgen complicaciones en las mascotas. Entonces, ¿cuál es exactamente el papel de estas glándulas en la vida de un perro y por qué es crucial estar alerta a los signos de obstrucción?
Las glándulas anales de los perros, esos pequeños sacos situados a cada lado de su ano, juegan un papel crucial en su forma de comunicarse mediante el olor. Cada vez que un perro defeca, una pequeña cantidad de secreción de estas glándulas se libera, marcando su territorio con un aroma único. Pero, ¿qué sucede cuando estas importantes glándulas comienzan a fallar?
Aunque no se comprende completamente por qué algunos perros desarrollan problemas con sus glándulas anales, varios factores parecen influir. Desde heces demasiado blandas o de bajo volumen que impiden que estas glándulas se vacíen naturalmente durante la defecación, hasta características físicas heredadas de ciertas razas, como el tamaño reducido o las colas cortas. Estas peculiaridades pueden predisponer a nuestros amigos de cuatro patas a sufrir obstrucciones e inflamaciones en estas glándulas.
El principio de los problemas se señala con la obstrucción del conducto excretor de la glándula, provocando que la secreción se acumule y, eventualmente, se espese e inflame debido a la actividad bacteriana.
Síntomas de glándulas anales obstruidas en perros:
Cuando nos enfrentamos a la obstrucción de las glándulas anales de un perro, es esencial actuar de manera informada para aliviar su malestar y prevenir futuras complicaciones. La intervención de un profesional es crucial en este proceso. Aquí te explicamos qué pasos seguir y cómo podemos prevenir estos problemas.
El primer paso ante la sospecha de glándulas anales obstruidas es acudir a un veterinario o a un profesional cualificado. Estos expertos pueden vaciar las glándulas anales de forma segura, un proceso necesario para aliviar la presión y el malestar en el perro. Si las glándulas ya se encuentran inflamadas o ulceradas, el tratamiento podría requerir además un lavado de las mismas y la administración de medicación específica. Dependiendo del caso, el veterinario también puede recomendar calmantes y otras medidas preventivas para apoyar la recuperación del animal.
Contrario a lo que muchos podrían pensar, no es aconsejable vaciar las glándulas anales de los perros de manera regular o profiláctica. Las glándulas anales cuentan con un mecanismo natural de vaciado, principalmente a través de la defecación, donde la presión ejercida facilita la liberación de la secreción acumulada. Interferir innecesariamente en este ciclo natural puede resultar contraproducente.
Los sacos anales están diseñados para acumular una cierta cantidad de secreción, la cual debería disminuir naturalmente con cada defecación. Por lo tanto, solo se debe intervenir y vaciar estas glándulas cuando sea estrictamente necesario, siempre bajo la supervisión de un profesional. Este enfoque preventivo y respetuoso con los procesos naturales del cuerpo del perro es esencial para mantener el bienestar y la salud de las mascotas.
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá