Sus manos no cesaron nunca de revolotear, desde París a Londres, pasando por Milán o Salzburgo, dirigiendo las obras de Mozart, Mahler, Berlioz.

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Con 88 años, murió el célebre director de orquesta japonés Seiji Ozawa

Dirigió las orquestas más encumbradas del mundo entero a lo largo de una dilatada y prestigiosa carrera
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10 de febrero de 2024 a las 05:02

El director japonés Seiji Ozawa, que dirigió las orquestas más prestigiosas del mundo a lo largo de una extensa carrera, murió de una insuficiencia cardíaca el pasado 6 de enero en su casa en Tokio a los 88 años de edad, pero recién este viernes la emisora pública NHK y otros medios japoneses hicieron pública la noticia. El motivo, según indicó el diario Asahi Shimbun, es que sus familiares más cercanos querían celebrar su funeral en la intimidad.

Nacido en la provincia china de Manchuria, que en aquel entonces era colonia japonesa, el 1° de septiembre de 1935 de un padre budista y dentista y de una madre católica y pianista, Seiji Ozawa empezó a estudiar piano en la escuela primaria Toho.

De esa manera, durante su infancia, los sonidos orientales se mezclaron con los cánticos del catecismo, dos mundos que estarían siempre presentes en su trayectoria futura. “Mi cuerpo, mi estómago, mi piel, son los de un oriental. Pero mi mente, mi sentimiento por la música, mi sensibilidad musical, son los de un occidental”, dijo.

Entre los 12 y los 16 años, Seiji tocaba el órgano de la misión católica de Tokio e impresionaba con su talento a los profesores de Toho.

En su adolescencia, Seiji parecía destinado a una magistral carrera como pianista, pero tras romperse dos dedos jugando al rugby, otra de sus pasiones, se decantó por la dirección de orquesta.

Bajo el mando de su maestro Hideo Saito, estudió composición y dirección, obteniendo dos primeros premios que le catapultaron al primer plano de la escena musical japonesa.

Descrito en Japón como "el mayor talento del año" en 1958, Ozawa partió al año siguiente a la conquista de Europa, que supuso un punto de inflexión en su carrera. Allí conoció a algunas de las más grandes estrellas del mundo de la música clásica, incluido el compositor y director Leonard Bernstein, del que fue asistente en la Filarmónica de Nueva York durante la temporada 1961-1962.

Otro de los grandes directores, Herbert von Karajan, lo contrató en 1963 como asistente en la Filarmónica de Berlín.

Ozawa dirigió orquestas en Chicago y San Francisco, en Estados Unidos, y Toronto, en Canadá. También trabajó durante 29 años como director musical de la Orquesta Sinfónica de Boston, donde un auditorio lleva su nombre.

En una entrevista con la agencia de noticias AFP de 2013, Ozawa señaló que “los músicos asiáticos cuentan con la técnica y el conocimiento, pero para tocar música clásica europea, hay que viajar ahí, para sentirla”.

Dirigir con todo

El maestro de silueta delgada y abundante cabellera, tomó las riendas de la Ópera de Viena en 2002.

Sus manos no cesaron nunca de revolotear, desde París a Londres, pasando por Milán o Salzburgo, dirigiendo las obras de Mozart, Mahler, Berlioz o de los compositores franceses contemporáneos Henri Dutilleux u Olivier Messiaen, quien se convirtió en su gran amigo.

"Todo en él parece dirigir, hasta su cabello", bromeaba Olivier Messiaen.

En 2002 se convirtió en el director titular de la Ópera Estatal de Viena, en Austria, hasta 2010.

Su fantástica memoria, su técnica de batuta y su calma, ya que para Ozawa "una orquesta nunca debe ser un ejército", lo convirtieron en un director apreciado por los músicos.

A pesar de haber disfrutado de una brillante carrera en Occidente, Ozawa nunca perdió de vista sus raíces, fundando la Orquesta Internacional de Saito Kinen en 1984 y un festival en 1992 que es actualmente uno de los eventos de música clásica más importantes de Japón.

Repercusiones

La Orquesta Filarmónica de Viena, con la que Ozawa colaboró en 1966, rindió homenaje a la buena interacción que mantenía con sus colegas y a "su carisma".

"Fue un regalo poder recorrer un largo camino con este artista, que se caracterizó por los más altos estándares musicales y al mismo tiempo la humildad hacia los tesoros de la cultura musical", declaró el profesor Daniel Froschauer, presidente de la Filarmónica de Viena, en un comunicado.

La Orquesta Sinfónica de Boston también homenajeó "uno de los directores más buscados y célebres de su generación".

Chad Smith, su director, recordó que Ozawa era "una fuerza de la naturaleza dentro y fuera del escenario". Y agregó; “Era un genio musical que combinaba una gracia balletística en el podio con una memoria prodigiosa”.

El final

El fin de su carrera se vio marcado por la enfermedad, incluido un cáncer detectado en 2010.

"La gente piensa que no estoy lejos de la muerte, pero voy a intentar con todas mis fuerzas evitar morirme", bromeaba en 2014, en una de sus últimas apariciones ante la prensa.

 

(Con información de AFP)

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