Los viticultores, tras un esperado decreto del Poder Ejecutivo, aguardan que el Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) comience a realizar a corto plazo pagos a los productores, instaurando una inyección de capital que se considera clave para que muchos pequeños productores no se vean obligados a ajustar sus sistemas productivos o directamente a cancelarlos.
Con la firma del presidente Luis Lacalle Pou, este martes el Poder Ejecutivo autorizó al Inavi –“por única vez”– disponer de lo recaudado por el Fondo de Protección Integral de Viñedos (cuyo destino es indemnizar a afectados por granizo) a indemnizar a productores afectados por la reciente sequía, con un máximo global para la asistencia de $ 60 millones.
Aramir Silva, secretario ejecutivo del Centro de Viticultores del Uruguay (CVU), comentó a El Observador que esa medida “era muy necesaria y genera mucha alegría en el sector que se haya aprobado, eso permitirá a muchos pequeños productores seguir adelante en un momento crítico”.
Silva explicó que la cantidad de viticultores ha ido disminuyendo aceleradamente en los últimos años. En 2022 eran unos 800, con una porción menor que además de producir uva poseen bodega. De los exclusivamente viticultores, el CVU tiene en sus registros sociales al 70%, aproximadamente, con una amplia mayoría de porte pequeño o mediano.
“Nos preocupa, si no hay soluciones para que la uva de los productores sea adquirida y a precios adecuados, que la cantidad de viticultores siga cayendo, sobre todo porque hay un excedente de vinos en el mercado importante y si la próxima vendimia es al menos normal eso se acentuará”, reflexionó.
Sobre eso, dijo que existe expectativa por la decisión que esta semana emanará del Poder Legislativo sobre el aval para avanzar en la instalación en Canelones de un complejo industrial para industrializar uva para elaborar mosto concentrado y rectificado, jugo de uva, azúcar de uva y subproductos similares (exceptuando vino), emprendimiento considerado de alta relevancia para que haya un destino alternativo para buena parte de la producción de los viticultores.
El proyecto "ha generado resistencia en algunos integrantes del sector y nunca fue abordado formalmente por el Inavi", expresó Silva, “por eso se llevó al Parlamento”.
Informó que en las últimas horas se ha generado una fuerte polémica en la interna del CVU, debido a "presiones ejercidas por la principal bodega compradora de uva hacia los directivos de esa gremial", para que el proyecto no sea apoyado, comentó.
“Se hizo un esfuerzo muy grande, hablamos con los distintos sectores políticos y eso confiamos que va a salir aprobado, ya que en comisión tuvo un fuerte apoyo de todos los partidos”, señaló.
Finalmente, dijo que los viticultores avanzan en labores de manejo en los viñedos con la mira puesta en la próxima campaña, para lo cual si bien es bueno que recientemente no ha llovido, porque permite diferir algunas inversiones y mantiene a las plantas sin problemas sanitarios, también es adverso que “otra vez estamos notando que faltan las lluvias”.
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