A pesar de las lluvias torrenciales provocadas por la reciente DANA, España no escapa a la sequía, con zonas especialmente afectadas en Andalucía, interior de Cataluña, Castilla y León y norte de Extremadura, con embalses a un tercio de su capacidad y con precipitaciones que en conjunto fueron este año un 17,1% inferiores al nivel habitual.
En concreto, el 14,6% del territorio nacional está en emergencia por escasez de agua y el 27,4%, en alerta.
El Consejo de Ministros analizó este martes el Informe sobre la Gestión de la Sequía en 2023, en el año hídrico que termina ahora, que muestra que las lluvias de la DANA no tuvieron gran incidencia en la situación de sequía, que es "estructural" y no se ve demasiado afectada por precipitaciones que, aunque muy copiosas, son puntuales.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, explicó que en estos días llovió "el mismo volumen" de lo que lo hace durante el año en una DANA "muy compleja", pero "no es lo mismo" que toda esta agua hubiera caído a lo largo de todo el año.
"Si lluevo lo mismo en dos o tres semanas, es muy difícil retener este agua y hay problemas de erosión del pueblo", describió, según publica 20minutos.
Sin embargo, Ribera destacó que espera que al menos la DANA, que dará paso a la normalidad de las lluvias "en los próximos días", sí sirva para "aliviar" la situación en Castilla-La Mancha o la Comunidad de Madrid, así como las restricciones puntuales en el abastecimiento de agua que este verano tuvieron que ponerse en algunas pequeñas localidades del Levante, Cataluña o Andalucía para garantizar el consumo humano.
Aunque insistió en que la Dana no llenó embalses ni supone un gran cambio en la situación estructural de sequía que arrastra España, al inicio del año hídrico -a partir del 1 de octubre hasta el 30 de septiembre de 2024-, descartó que sean necesarias medida para racionalizar el uso de agua para garantizar la destinada al consumo.
Este verano, localidades andaluzas, extremeñas o catalanas tuvieron que prohibir el llenado de piscinas o el riego ornamental, pero la vicepresidenta consideró que algo así no se prevé necesario para los próximos meses.
Lo que refleja el informe sobre la sequía en 2023 que conoció este martes el Consejo de Ministros es que, en realidad y al margen de la DANA, entre octubre del año pasado y hasta septiembre el nivel de precipitaciones fue un 17,1% inferior a lo que se considera normal en la serie histórica desde 1991-2020.
Los embalses no superan en conjunto el 40% de su capacidad, con situaciones especialmente críticas en las cuencas del Guadalete-Barbate, donde las reservas hídricas están al 16,5%; del Guadalquivir (19,1%), y las cuencas internas de Cataluña (23,3%) y del Mediterráneo Andaluz (25,1%), en estos dos últimos casos ambas de gestión autonómica.
En la actualidad, los embalses cumulan 20.734 hectómetros cúbicos de agua, un 37% de los que podrían albergar. Aunque el año pasado fue todavía peor, la cantidad de agua acumulada es la peor desde 2014 junto con los niveles de 2017.
Según el informe del Gobierno, el 14,6% del territorio está en emergencia por sequía, en zonas del interior de Cataluña, el norte de Andalucía y sur de Castilla-La Mancha y Extremadura y algunas áreas de Castilla y León.
El 27,4% está en alerta y el área abarca casi todo Andalucía -salvo las que no están en alerta y zonas en la parte oriental, en situación de "prealerta" o "normalidad"-, la práctica totalidad de la Cataluña que no está en emergencia, el norte de Aragón o partes de Castilla y León y de Castilla-La Mancha.
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