El 20 de octubre Jorge Goncálvez no dejó pasar ni una hora, luego de caer derrotado 4 a 0 con Nacional en el clásico de Tercera, para comunicarles a los dirigentes que dejaría su cargo como entrenador del club.
Si bien los consejeros le pidieron que esperara a enfriarse para tomar una decisión, el Tito no revirtió su decisión y se alejó del club.
Las últimas fechas fueron dirigidas por Fernando Curuchet y una vez cerrado el Uruguayo los directivos comenzaron a pensar en un candidato para ocuparse del puesto, y entre los nombres que analizaron para el salto previo a Primera, de los futbolistas formados en la cantera, apareció Darío Rodríguez.
El exjugador de Peñarol abandonó la práctica de fútbol profesional a sus 40 años, en enero de 2015, y dejó una huella imborrable entre los carboneros por su carácter, estilo de juego y por los títulos obtenidos en los campeonato de 1999, 2009/2010 y 2012/2013. Además fue capitán mirasol varias temporadas y líder en la interna de los grupos.
Pasó el tiempo y Darío comenzó su carrera como entrenador, profesión para la que ya se venía preparando desde hacía un buen tiempo en paralelo, cuando todavía jugaba a la pelota. Tomó el mando de la Tercera y Cuarta división de Juventud y desde su primer entrenamiento comenzó a trabajar desde la defensa hacia adelante, más allá que aseguró, en ese entonces, que no estaba enmarcado a un estilo en particular, sino que lo iba a ir descubriendo con el pasar del tiempo.
Días más adelante, en aquel 2015, Jorge Da Silva asumió en Peñarol como técnico del primer equipo y le propuso al excapitán ser su asistente, por lo que su estadía en la ciudad de Las Piedras duró poco y pegó la vuelta a Los Aromos, pero con otro rol.
El exfutbolista aprovechó el trabajo y lo tomó como una gran experiencia para seguir aprendiendo de la profesión que eligió luego del retiro. El siguiente paso fue acompañar a Polilla en el cuerpo técnico de América de Cali, en donde estuvieron seis meses.
Actualmente el nombre de Darío volvió a sonar en la interna de Peñarol, en donde tanto empatizó con su historia. El fortalecimiento del carácter, las experiencias adquiridas, el estilo de juego que apunta a irse solidificando desde atrás hacia adelante y el ADN mirasol impuesto en sus venas, llevan al excapitán a ser uno de los candidatos para tomar el mando de la Tercera División.
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