Pello Otxandiano, candidato derrota de EH Bildu en el País Vasco.
Fernando González

Fernando González

Director de El Observador España

Miradas > 10 claves electorales

Bildu crece a la sombra de ETA y fragmenta el futuro de España

El partido que menos cuestiona los crímenes de la organización terrorista logró su mejor resultado histórico. Pero no pudo quebrar la alianza entre el PNV y el Socialismo de Pedro Sánchez para poder gobernar el País Vasco.
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23 de abril de 2024 a las 05:50

Todo quedó igual, pero no todo sigue igual en el país vasco.

1.- El Partido Nacionalista Vasco volvió a ganar y seguirá gobernando con la ayuda de Pedro Sánchez y el Partido Socialista. Ha pagado el costo de una gestión de regular a mala en estos cuatro años, pero sostuvo el pulso con EH Bildu. Imanol Pradales cumplió 49 años el domingo y, como regalo, será el próximo “Lekendhari” y reemplazará a Iñigo Urkullu. Su gran desafío es mejorar el desempeño de su antecesor y evitar que el revitalizado Bildu siga creciendo.

2.- La sombra del terrorismo de ETA continúa siendo un lastre demasiado pesado para que EH Bildu pueda gobernar en Euskadi. Los seis escaños que ganó en estas elecciones son un Frankestein entre la pésima gestión de gobierno del PNV y el derrumbe de Podemos en la izquierda. El entusiasmo de los últimos días, alimentado por algunas encuestas apuradas, terminó el domingo por la noche con la fantasía de Pello Otxandiano. Bildu no gobernará por ahora a los vascos.

3.- Si alguna chance le quedaba para ganar las elecciones, Otxandiano la sepultó el último lunes cuando llamó a ETA “grupo armado” en vez de grupo terrorista. El acto fallido del candidato les demostró a todos, pero sobre todo les demostró a sus eventuales votantes moderados, cuanto le cuesta a Bildu arrepentirse y despegarse de la violencia, los asesinatos y la muerte que fue monarca en el país vasco.

4.- Ni siquiera les alcanzó el operativo de blanqueo con el que Pedro Sánchez los viene beneficiando desde hace varios años. En este tiempo, EH Bildu seguirá siendo apenas uno más de los socios minoritarios a la medida del presidente de España. Un consuelo escaso para tanta palabrería previa.

5.- No extraña en tanto la ausencia de Alberto Núñez Feijóo, en la campaña electoral y en las explicaciones del pobre resultado que el Partido Popular obtuvo en la elección vasca. Ni mejor ni peor que hace cuatro años. Es la primera derrota numérica del líder del PP desde que está al frente de su partido.

6.- Y sufrirá otra, igual o peor de contundente en las elecciones de Cataluña. Los populares tienen dos problemas: no consiguen estructurar una propuesta creíble y confiable para las comunidades con ansias soberanistas. Y el otro y más grave. Con Núñez Feijóo al frente, el Partido Popular no logra pescar votos en las aguas de los jóvenes y las clases medias bajas. El milagro indispensable para llegar a gobernar España que ya consiguió Javier Milei para poder gobernar a Argentina.

7.- Los extremos tampoco pudieron mostrar alguna sorpresa en la elección del País Vasco. La desaparición de Podemos es nada más y nada menos que el espejo de lo que le viene sucediendo a la izquierda chavista a nivel nacional. Los morados no consiguen detener la velocidad de su caída.

8.- La obtención de un solo legislador (que podría frustrar el voto extranjero) no alcanza para disimular el fracaso vasco de Sumar. Al menos le fue mejor que en Galicia, la tierra de la vicepresidenta Yolanda Díaz, donde el partido construido sobre las ruinas de Podemos sumo un fracaso absoluto.

9.- En el otro extremo, la derecha dura de Vox tampoco tiene motivos para el festejo. La soledad del único legislador que obtuvo es la prueba más contundente de que su andar errático en el resto de España está lejos de corregirse. A Santiago Abascal le sobran los asuntos pendientes.   

10.- Quizás la mayor preocupación sea la fotografía que dejan las elecciones en el País Vasco: la de una España cada vez más fragmentada.

A EH Bildu le queda como expectativa seguir agitando la bandera soberanista y esperar que los resultados del 12 de mayo sean más comprensivos con el separatismo catalán.

El problema son las mochilas que soberanistas de una y otra tierra llevan sobre las espaldas.

Los separatistas de Carles Puigdemont arrastran las fugas en el baúl de un coche, los ataques a la Constitución de España y la corrupción que atraviesa a su movimiento. La estela de mil muertos que ETA dejó en el País Vasco merece un arrepentimiento mucho más explícito y a la altura de todas las víctimas del terrorismo.

 

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